VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses. — Hebreos 11:23
“Dios esté contigo, mi hijo”, Jocabed le susurró a su hijo Moisés, mientras le besó. Lo colocó despacio en una canasta que había hecho y le envolvió en una suave manta. Luego puso la canasta en un carrizal cerca de la orilla del río donde pudiera estar escondido de la vista de alguien.
¿Esto suena como algo extraño que una madre lo hiciera? Bien, había una buena razón por la cual la madre de Moisés trataba de esconderlo. Un rey malvado llamado Faraón quería que todos los niños hebreos fueran asesinados. Por tres meses Jocabed había escondido al bebé en la casa, pero ya estaba creciendo mucho para esconder. Este era el único modo que podía pensar para mantener su hijo escondido. Y Jocabed estaba confiando en que Dios mantendría su hijo a salvo.
Silenciosamente ella regresó donde su hija María estaba parada. Le dio una palmadita en el brazo a la chica y le habló suavemente. “Quédate cerca de tu hermanito y vigila para ver que nada le dañe. Estoy segura que Dios le cuidará. Dios no permitirá que nadie lo lastime”.
María se sentó cerca del agua. Miraba los juncos que rodeaban el lugar donde su madre había puesto la pequeña canasta. Por mucho tiempo la pequeña canasta se mecía suavemente en el agua. María pensó que podía decirle a su madre que habían encontrado un lugar seguro para esconder su hijo. Pero luego oyó un ruido.
La hija del Faraón, la princesa, había venido al agua a bañarse. Ella y sus criadas estaban caminando a la orilla del río. Justo entonces, vio la canasta. Envió a una de sus criadas a traerla. Cuando ella abrió la canasta, se sorprendió al ver a un niño pequeño. Él comenzó a llorar y de inmediato ella le amó. “Este es uno de los niños hebreos”, les dijo a sus criadas.
La hermana de Moisés corrió hacía la princesa. “¿Necesita una nodriza que cuide al niño?”, preguntó. “Llamaré a una si a usted le gustaría”.
“¡Sí, claro que necesito una nodriza!”, contestó la princesa. “Ve y encuentra una para mí”.
María estaba tan emocionada. Cuando encontró a su madre, le dijo las buenas noticias. Juntas se apresuraron a regresar al lugar donde la hija del Faraón y sus criadas estaban mirando al niño Moisés.
La princesa no sabía que esta era la verdadera madre de Moisés. La princesa le dijo a Jocabed que le pagaría para que llevara al niño en la casa y se lo cuidara. ¡Qué emocionante que Jocabed pudiera ser la nodriza del niño Moisés! Ella no tendría que esconderse más. Aunque él ahora pertenecía a la princesa, ella podría cuidar de su propio hijo y enseñarle a amar a Dios.
Los niños de edad primaria generalmente disfrutan hacer cosas con sus manos. La historia de Jocabed, la madre de Moisés, preparando una pequeña canasta para la protección del pequeño niño en el río es una lección perfecta para crear objectos en tres dimensiones para ilustrar la historia.
Elija un medio moldeable como la arcilla, plastilina, o limpiadores de tubería, o puede usar un tipo de alimento que se puede cortar en formas como el pan o las tortillas. Deje que su niño haga una cesta, tapa, y el bebé usando el medio moldeable, y que las utilice para recontarle la historia a usted. Si era comestible, ¡su niño se la puede comer como bocadillo!
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Hebreos 11:23 | LUNES: Deuteronomio 31:13 | MARTES: Hebreos 11:27 | MIÉRCOLES: Salmo: 34:11 | JUEVES: Salmo 78:4 | VIERNES: Salmo 78:6-7 | SÁBADO: Proverbios 22:6
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