VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. — 1 Samuel 1:27
Ana quería un hijo más que cualquier cosa en el mundo. Año tras año ella oraba por un niño, pero nunca sucedió. Esto la entristecía mucho. Su esposo Elcana la amaba mucho. Él trataba de alegrarla pero Ana no podía ser feliz sin un niño a quien amar. En realidad, ella estaba tan triste que sólo lloraba y lloraba. Pobrecita Ana.
Un día Ana fue al Templo a orar. Ella le hizo una promesa muy especial a Dios. Le dijo a Dios que si Él le diera un hijo, luego ella se lo devolvería por todos los días de su vida.
Un sacerdote llamado Elí vio a Ana orando. Él la veía mover sus labios pero no podía oír ninguna de las palabras que decía a Dios. Así que él fue donde ella estuvo y comenzó a hablarle. Ella le dijo que estaba muy triste y había estado haciendo una oración especial a Dios.
Elí le dijo a Ana que fuera a su casa y que no estuviera más triste. Él dijo que Dios respondería su oración. Cuando Ana salió del Templo se sentía mucho mejor. En su rostro había una hermosa sonrisa.
Dios contestó la oración de Ana tal como Elí le había dicho. Luego Ana tuvo un niño. ¿Puedes imaginarte cuán feliz estaba ella cuando nació su pequeño hijo? Quería que su hijo tuviera el nombre adecuado y escogió el nombre de Samuel, lo cual significa, “Pedido a Dios”. Esa era su elección porque le había pedido a Dios este niño especial y Dios había contestado su oración.
Cada año todas las familias iban al Templo a orar. Por unos cuantos años, cuando Samuel era muy joven, Ana no iba con el resto de las personas. Pero cuando él estaba más mayor, ella tomó varios regalos y llevó a Samuel al Templo. Recordaba su promesa especial a Dios. Le dijo a Elí, el sacerdote, que su hijo podía vivir con él y ser un ayudante para Dios.
Ana amó mucho a su pequeño hijo. Querría que aprendiera todo acerca de Dios. Ella quería que él supiera que Dios siempre le ayudaría y le cuidaría.
Cada año cuando Ana visitaba el Templo, llevaba una túnica nueva para Samuel. Ana hacía las túnicas para él porque le amaba. Estaba tan feliz de que ahora él pudiera estar sirviendo a Dios.
Dios estaba complacido con la fidelidad de Ana y que ella había mantenido su promesa a Él. Después que Ana llevó a Samuel al Templo a trabajar por el Señor, ella y Elcana tuvieron más niños—dos hembras y tres varones. Dios realmente bendijo a Ana por ser desinteresada y por amarlo mucho.
La historia de la oración de Ana por un hijo y la dedicación de ese hijo al Señor es una favorita de los niños. Cuando ustedes lean esta hermosa historia juntos, refuerce la idea de cómo Dios respondió la oración de Ana y cómo ella voluntariamente ofreció a Samuel para el trabajo del Señor.
Dibuje o trace muñecos de papel en tamaños de menor a mayor. Dígale a su hijo que este es Samuel, según crecía año tras año. Permítale recortar las figuras y colorear el cabello, etc. Luego ayúdele a dibujar una pequeña túnica para ponérsela a cada figura, explicando cómo Ana hacía una túnica cada año y lo llevaba al Templo para Samuel.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: 1 Samuel 1:27 | LUNES: 1 Samuel 1:11 | MARTES: 1 Samuel 2:18 | MIÉRCOLES: 1 Samuel 2:20-21 | JUEVES: 1 Samuel 2:26 | VIERNES: Salmo 102:28 | SÁBADO: Salmo 103:17