VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve … según su género. — Génesis 1:21
Dios miró sobre la tierra lo que Él había estado haciendo. A Él le gustaba mucho lo que había hecho hasta entonces. Hierbas cubrían la tierra, esparciendo una hermosa capa de verde sobre el terreno vacío. Los árboles de todas las clases estaban creciendo. Algunos de ellos eran altos y finos, otros eran bajitos y anchos. Había flores en algunos de los árboles y frutas en otros. Hermosas flores florecían, llenando el aire con su dulce perfume. Había flores rojas y amarillas, algunas rosadas y moradas.
Pero, todavía faltaba algo muy importante. En todo el mar y el cielo no había criaturas vivientes, así que Dios habló otra vez. Por Su mandato las aguas fueron llenas inmediatamente con peces. Habían grandes ballenas grises y pequeños peces de colores. Había truchas gordas nadando en los lagos, y salmones plateados brillantes deslizandose a través de los arroyos. Cangrejos y tortugas trepando por la dorada arena a la orilla de las olas del océano.
Dios quería algo especial para llenar el cielo. Esta vez, cuando Él habló, aves de muchos colores de cada clase empezaron a volar por el aire. Algunas de las aves eran grandes, con fuertes alas que las podían llevar a distancias lejanas. Pequeñitos colibríes, no más grande que tu dedo pulgar, moviéndose de flor en flor. Pavos reales pavoneándose, mostrando sus bonitas plumas. Los ruidosos pájaros carpinteros empezaron a agujerear con sus largos picos. Dios creó esto en el quinto día, y Él vio que era bueno.
Ahora había criaturas vivientes en el cielo y en el mar, pero aún no había nada en la tierra. Así que al principio del sexto día, Dios hablo otra vez. Él creó animales de todos los tamaños, figuras y colores. Había lanudos leones cuyos fuertes rugidos llenaban el aire. Monos con largas y flacas colas subían los árboles. Grandes elefantes grises movían sus largas trompas. Las ardillas corrían de aquí para allá a través del terreno. Pequeños perritos corrían persiguiendo a los gatitos alrededor de los árboles. Dios miró a todos los animales, y estaba satisfecho. ¡A Él le gustaban!
Ahora la tierra estaba llena de muchas cosas vivientes, de plantas y animales. Dios quería que se quedará de esa manera.
Él les había dado a las plantas semillas. De esa forma, nuevos árboles y flores podrían crecer. A los animales Él les dio bebes iguales a ellos, así que siempre habrían leones y monos, elefantes y ardillas, y de todos los demás animales.
Dios amó toda Su creación. La bendijo porque era buena.
Esta semana, haga un enfoque sobre la maravillosa variedad de plantas y animales que Dios hizo. Visite una tienda de animales, o busque cuadros de animales, y entonces discuta cómo Dios le dio a cada animal características especiales. ¿Por qué Dios no le dio al mono patas palmeadas como los patos? ¿Por qué un elefante tiene una gran trompa en vez de un gran cuello como una jirafa?
En otro día, recolecte diferentes tipos de hojas de plantas de alrededor del patio de su casa. Estúdielas usando una lupa o un microscopio si usted tiene uno. ¿En qué forma son diferentes las plantas? ¿En qué forma son iguales?
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Génesis 1:21 | LUNES: Génesis 2:9 | MARTES: Zacarías 8:12 | MIÉRCOLES: Génesis 1:29 | JUEVES: Génesis 2:19 | VIERNES: Salmo 50:10-12 | SÁBADO: Salmo 24:1