VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: Bástate mi gracia. — 2 Corintios 12:9
“Pero he estado orando y orando para ir de pesca con Samuel y su papá”, dijo David mientras tiraba la bola a su padre. “Y le he insinuado a Samuel que quiero ir. ¿Por qué Dios no contesta mi oración?”
De repente se escuchó un chirrido fuerte de frenos que rompía el aire. ¡Un choque! David y su padre corrieron al otro lado de la casa. Las puertas sonaron de golpe y las personas corrían de todas direcciones para ver qué había pasado. Más adelante, en la esquina de la cuadra dos carros habían chocado.
David sintió la mano de su padre sobre su hombro. Miró y preguntó, “¿Qué pasó, Papá?”
“Parece que uno de esos carros cruzó una luz roja”, contestó su padre. “El chofer no debe haber prestado atención, o quizás pensó que todo estaría bien si desobedecía sólo una vez. Debió haberse detenido, pero no lo hizo”.
“¡Oh, qué desorden!”, dijo David. “Mira el lado del carro azul, está todo aplastado y la ventanilla está rota. Y el otro carro parece aun peor. Espero que nadie esté herido”. Él y su padre veían mientras un carro de la policía se detenía. Un agente de la policía comenzó a dirigir el tráfico alrededor de los dos carros destruidos.
David y su padre se regresaron a su casa. Se sentaron en los escalones de la entrada trasera y se quedaron callados por un momento. Luego dijo David, “Ese fue un accidente bastante malo, ¿no es así, Papá?”
“Sí, lo fue”, dijo su papá. “Ese chofer debió haberse detenido por la luz roja. La señal de tráfico fue puesta allí para ayudar a proteger a las personas de accidentes como este. Sabes hijo, hace un rato tú me preguntaste por qué Dios no contesta tu oración. Creo que te ha contestado y tú no has estado escuchando. Dios probablemente dijo que no”.
“Pero ¿cuál es el problema? ¿Por qué Dios no quiere que vaya de pesca?”, preguntó David. “¡No hay nada de malo con pescar! No veo por qué me diría que no”.
“No, no hay nada malo con pescar. No hay nada malo con manejar un carro tampoco. Pero el hombre que cruzó la luz roja sabía que la señal del tráfico decía parar, y él no obedeció. Ahora él probablemente desea haberlo hecho. Esa señal fue puesta en la esquina por una buena razón.
“No siempre entendemos por qué Dios nos dice no, pero podemos estar seguros de que es por una buena razón también. Y Dios no siempre dice que no a algunas personas y sí a otras”, el papá de David continuó. “¿Sabías que una vez dijo no aun a Su propio Hijo, Jesús? Fue la vez que Jesús oró en el jardín de Getsemaní. Cuando Jesús finalizó Su oración dijo que haría lo que Dios quisiera, aunque Dios le dijo a Él que no. ¿No estás alegre de que Jesús obedeciera?”
Nuestra lectura bíblica para esta lección relata cómo Jesús oró en el jardín de Getsemaní. Le pidió a Dios que preservara Su vida si era la voluntad de Dios pero Él estaba dispuesto a morir si era necesario. Dios contestó la oración de Jesús con un no porque Dios tenía un plan para salvar a los pecadores. Comprenderemos que este tema debe ser manejado muy suavemente con un niño. Si a su hijo le asusta el tema de la muerte, haga énfasis en que Dios dijo que no a Jesús para que todos podamos ir al Cielo. Todo en el Cielo es perfecto, y todos allí se sienten bien y hay felicidad todo el tiempo.
Trate de ayudar a su hijo a ver que a veces Dios debe responder que no cuando le pedimos algo. Él sabe lo que es mejor para nosotros. Para ilustrar esto, diga algunas historias simples al nivel de su hijo: la respuesta de una madre a su hijo que quiere cruzar solo una calle muy transitada; a un niño que pide un vaso de helado antes de la cena; etc.
Plantee algunas situaciones hipotéticas y pídale a su hijo proveer una respuesta para ellas. Ayúdele a ver que no es posible que la respuesta siempre fuera que sí.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: 2 Corintios 12:9 | LUNES: Deuteronomio 32:4 | MARTES: Éxodo 33:18-20 | MIÉRCOLES: Santiago 4:3 | JUEVES: Santiago 1:6-7 | VIERNES: Eclesiastés 3:14 | SÁBADO: Deuteronomio 3:24-26
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