VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. — Juan 14:14
“. . . Así que cuando Josué dijo al sol que se detuviera, eso mismo fue lo que ¡Dios hizo que hiciera!”, dijo Antonio. “Y se detuvo por espacio de un día entero”.
Isabel escuchó atentamente cada palabra que su hermano le decía. Ella había estado pensando que no siempre Dios oía sus oraciones. Pero esta historia de la Biblia era la prueba de que Dios realmente la escuchaba cuando hablaba con Él. ¡Y las oraciones de Isabel parecían mucho más simples que las de Josué!
En ese momento Antonio le dijo, “Isabel, no tengas miedo de orar y pedirle a Dios cualquier cosa. Recuerda, si es bueno para nosotros, Él dirá que sí”.
Unos cuantos días después, su tía Susana le dijo a la familia que la fecha de su boda había sido fijada. Esa misma noche cuando Isabel se arrodilló ante su cama a orar, pensó acerca de cómo Dios había contestado la oración de Josué. Ella deseó saber si Dios le diría que sí a su oración también. “Yo sé que Dios no siempre puede decir que sí”, pensó ella. “Pero Él sabe cuando oramos por algo que es bueno para nosotros y entonces permite que suceda. Antonio había dicho que Dios siempre contesta nuestras oraciones en la manera que sea mejor para nosotros”.
Isabel inclinó su cabeza y oró. “Por favor, querido Dios, permite que yo haga algo especial para la tía Susana en su boda. Tal vez yo podría repartir la torta o algo parecido. Amén”.
¡Isabel nunca soñó que podía ser la damita de honor! Pero dos semanas más tarde la tía Susana la llamó por teléfono. Ella le preguntó, “Isabel, ¿te gustaría ser la damita de honor en mi boda?”
Isabel chilló con encanto, “Oh, Tía Susana ¡me encantaría! Oh, ¡gracias por pedírmelo!”
El gran día finalmente llegó. Isabel nunca había participado en una boda antes y quería hacer lo mejor. Miraba el hermoso vestido rosado que llevaba puesto. Tenía muchas alforzas y encaje blanco. Ella pensó que este debería ser el vestido más bonito de la boda – ¡exceptuando el vestido de la Tía Susana, por supuesto! Ella miró hacia atrás a la Tía Susana. ¡Ella lucia tan preciosa con su largo vestido de bodas de encajes blancos! ¡Isabel estaba tan emocionada!
Había una dama que decía a cada uno cuando era su turno para desfilar a lo largo del pasillo. De repente Isabel sintió que una mano la condujo suavemente al pasillo. Era su turno.
“¡Ve!”, dijo la dama en voz baja, e Isabel salió, su corazón latiendo de prisa. Ella miró hacia arriba y dijo, “Gracias, Dios”. Estaba muy feliz de que Dios hubiese contestado su oración con un sí.
Esta lección tiene dos ejemplos de momentos cuando Dios contestó sí a la petición de una persona. Lean la Lectura Bíblica juntos, asegurándose de explicar cualquier palabra que su hijo no comprenda.
Para demostrar visualmente la realidad que aun los padres no siempre pueden conJosué 10:12-14 Lucas 18:35-43 testar que sí, diga a su hijo que ustedes van a hacer tres cadenas de papel – una cadena de Sí, una cadena de No, y una cadena de Espera.
Seleccione tres colores de papel y córtelos en tiras de igual tamaño. Asigne un color a cada cadena. Durante la semana, cuando su hijo le pida algo, permita que ponga un eslabón más en una de las cadenas de acuerdo con su respuesta. El sábado compare las tres cadenas y repase de nuevo los modos en los cuales Dios responde a nuestras oraciones.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Juan 14:14 | LUNES: Salmo 6:9 | MARTES: Salmo 91:15 | MIÉRCOLES: Juan 15:7 | JUEVES: Marcos 11:24 | VIERNES: Santiago 5:16 | SÁBADO: 1 Juan 5:14