VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: Honra a tu padre y a tu madre. — Éxodo 20:12
Tomás y Joel estaban apresurados. Cargaron rápidamente sus mochilas, montaron sus bicicletas, y pedalearon por la carretera hacia la escuela, donde se iban a reunir para la caminata del grupo de Muchachos Exploradores.
La madre de Tomás los llamó mientras se alejaban, “Tomás, recuerda lo que tu padre dijo: Ningún atajo por los aparcamientos y ten cuidado cruzando las calles”.
Tomás sólo se sonrió y le hizo un movimiento con la mano.
Cuando los muchachos iban a la tienda de comestibles, Tomás exclamó, “¡Avanza, Joel! Voy a tomar un atajo a través de este aparcamiento”.
“Pero tu mamá te acaba de decir que no”, voceó Joel. Él estaba pensando también en la clase de Seguridad de Bicicleta que ellos habían tomado. “¡Tomás, recuerda tener cuidado con los carros! Las personas en los aparcamientos nunca cuidan de nosotros”.
Tomás miró hacia a Joel con una amplia sonrisa en su rostro. “¡Sólo mírame! Voy tan rápido, no sabrán que estuve aquí”.
Joel todavía podía escuchar la voz de su padre diciéndole que nunca estuviera tan apresurado como para romper la ley. Nada es tan importante.
“¡Cuidado, Tomás!”, Joel advirtió. Tomás levantó los ojos justo a tiempo para apartarse de un hombre que estaba caminando hacia su carro con un saco grande de comestibles en sus brazos.
“¡Oye muchacho, reduce la velocidad!”, el hombre gritó.
Tomás sencillamente rió y devolvió el grito, “¡Cálmate, viejo!”
Para este tiempo, Joel se sentía horrible. Intentó arduamente alcanzar a Tomás, pero fue inútil. Joel hizo una oración, “Por favor, Señor, ayuda a Tomás. ¡Él se está dirigiendo hacia un problema!”
Joel dobló la esquina en el justo momento para ver a Tomás más delante, cruzando una calle concurrida. Ni siquiera tomaba tiempo para mirar a ambos lados antes de cruzar.
¡PAF! Tomás había guiado su bicicleta enfrente de un carro.
“Oh, Señor, por favor ayuda a Tomás a estar bien”, Joel oró. Saltó de encima de su bicicleta y corrió hacia Tomás.
“Oh”, gimió Tomás, “Joel, creo que mi brazo está roto”.
“Oye, muchacho, ¿estás bien?”, preguntó el conductor del carro. “Ni siquiera te había visto hasta que condujiste esa bicicleta enfrente de mí. ¡Necesitas que te enseñen algunas leyes de seguridad!”
Tomás gimió, “Sé todas las leyes de seguridad, sencillamente no estaba tomando tiempo para obedecerlas. Ahora deseo haberlo hecho. ¡También deseo haber obedecido a mamá!”
Honrar y obedecer a nuestros padres son dos de los mandamientos principales en la Palabra de Dios dados específicamente para los hijos. Mientras estudiamos la lección, estaremos tratando de ayudar a su hijo a entender por qué este mandamiento es tan importante.
Para enfocar la atención de su hijo sobre este tema, pídale que dibuje y coloree un cuadro de las personas que él debe obedecer. Cuando el dibujo esté completo, incluya un fondo coloreado, y ayúdele a convertir el cuadro en un rompecabezas. Haga que él coloque el cuadro sobre un pedazo de cartulina o al dorso de una tablilla. Luego voltee el cuadro, y trace líneas gruesas dividiendo el cuadro en pedazos. Los pedazos deben ser del mismo tamaño. Corte sobre las líneas para crear las piezas del rompecabezas.
Permita que su hijo arme el rompecabezas para alguien y explique el cuadro que él ha creado.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Éxodo 20:12 | LUNES: Hebreos 13:7 | MARTES: 1 Pedro 5:5 | MIÉRCOLES: Deuteronomio 5:16 | JUEVES: Colosenses 3:20 | VIERNES: Efesios 6:1-2 | SÁBADO: Hebreos 13:17