VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: El que me ama, mi palabra guardará. — Juan 14:23
Fue una tormenta terrible. Los hombres me sacudían y me gritaban: “¡Jonás, Jonás, despierta! ¡Ora a tu Dios! ¡Esta tormenta debe pararse o si no todos nos ahogaremos! ¡Deprisa, Jonás!”
Me puse rápidamente de pie y casi me caí ya que el barco se estremecía de un lado al otro. Me acerqué corriendo sobre la cubierta y observé a los hombres tirando las cajas del cargamento y otras cosas al agua. Otros hombres les oraban a sus dioses para que detuvieran la tormenta.
Supe que todo esto ocurrió porque yo no obedecí a Dios. Él me había dicho que fuera a Nínive y que predicara a las personas malvadas allí. Dios los amaba y deseaba que fueran salvados y que le amaran a Él. Pero yo no quería ir, así que huía.
Me volteé hacia los hombres que me habían seguido sobre la cubierta. “Dios me ha encontrado. Si quieren que la tormenta pare, entonces me tendrán que tirar al mar”.
“No, Jonás”, dijeron los hombres. “¡No podemos hacer eso! Sólo ora a tu Dios”.
“Es la única manera”, dije. “Le he desobedecido a Dios”.
Sabía que no entendían. No querían arrojarme al agua. Pero, dijeron que si esa era la única forma para detener la tormenta, tendrían que hacerlo.
Caí al agua con un gran chapuzón. El agua estaba muy brava para poder quedarme a flote. Apenas podía ver. Entonces, de repente, ¡un gran pez me tragaba completo! No comido, sino tragado. ¡Yo todavía estaba vivo! ¿Qué me estaba sucediendo?
Allí estaba yo, adentro del vientre de una ballena, ¡qué lugar tan horrible en donde estar! ¡Qué desgracia! ¿Qué esperanza tenía?
¡Oré por tres días completos! Prometí a Dios que haría lo que Él me había pedido que hiciera, ¡si tan sólo Él me ayudaría a salir de este lugar horrible!
De repente hubo un sonido retumban-te. ¡De un vómito fui tirado fuera de la boca de la ballena y caí sobre la playa!
Tambaleando me puse de pie. Quité las algas de mi pelo y me lavé. Antes de que el sol llegara a secar mi ropa, comencé a caminar hacia la ciudad de Nínive. Cuando llegué a la ciudad mi único deber fue decirles a las personas que se arrepintieran y que dejaran de hacer las cosas malas. Debían decirle a Dios que estaban arrepentidos o si no Él destruiría su ciudad en cuarenta días.
Vi a muchas personas orar ese día. De hecho, todos en la ciudad oraron. Fue por eso que Dios quería que predicara a la ciudad de Nínive. Todas esas personas oraron porque yo finalmente le obedecí a Dios.
Esta lección es una de las favoritas de los niños y tiene una lección importante que enseñar sobre el tema de la obediencia. Mientras el maestro narra la historia de Jonás en la clase, se hará énfasis en el hecho de que cuando Dios nos pide que hagamos algo para Él ¡es para nuestro bien hacerlo!
Para reforzar este tema, anime a su hijo a usar su imaginación e ingenio para recrear esta historia favorita de la Biblia con palabras, fotos y letras recortadas de revistas y periódicos. Proporcione a su hijo varios periódicos o revistas viejas, tijeras, pegamento y una hoja grande de papel.
Comience repasando la historia de la Biblia. Luego deje que su hijo recorte palabras, letras y fotos que se convertirán en parte de la historia. Ayúdele a colocar las palabras o figuras en el papel. Cuando la historia esté lista, pegue todas las palabras sobre el papel y luego permita que su hijo le lea su historia a toda la familia.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Juan 14:23 | LUNES: Éxodo 20:6 | MARTES: Isaías 1:19 | MIÉRCOLES: Deuteronomio 5:33 | JUEVES: 1 Samuel 12:24 | VIERNES: Lucas 11:28 | SÁBADO: Apocalipsis 22:14