VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: Escogeos hoy a quién sirváis. — Josué 24:15
Un día al venir a casa desde la escuela, Samuel observó que la Sra. Zuniga, su vecina, trataba de sacar el periódico de la parte de arriba del arbusto de camelia. Le pidió a su amigo Miguel, que ayudara a subirse de modo que lo pudiera bajar para ella. Miguel le dijo que no quería porque estaba apurado para llegar a casa. De modo que Samuel se subió a la baranda del porche y bajo él mismo el periódico.
Dos semanas después de eso, la madre de Samuel le dijo que la Sra. Zuniga se iba a mudar. Antes de que se mudara iba a dar una fiesta a los vecinos.
El día de la fiesta, casi todos los vecinos estaban en la casa de la Sra. Zuniga. Después de que visitaron un rato, ella les pidió que se quedaran quietos porque tenía algo importante que decir. “En la mayoría de las fiestas”, dijo, “hay un invitado especial. Torta, regalos y especialmente amigos son algo agradable para esa persona. Bien, quiero agradecer a todos por ser tan buenos amigos y vecinos para mí. Pero hoy quiero rendir honor a un joven que me ha dado un trato especial durante mucho tiempo.
“Ha sido de gran ayuda para mí”, continuó la Sra. Zuniga. “Cuando lo necesité para hacer recados, siempre me dijo que sí. En los días calurosos de verano, a menudo me traía limonada fría hasta mi casa. Cuando estaba enferma me visitaba. Y justo el otro día vio otra pequeña cosa que podía hacer por mí—sacar mi periódico de la parte de arriba del arbusto”. Le sonrió a Samuel. “Esto puede que no sea tan importante para algunos, pero fue de gran ayuda para mí”.
Samuel se sonrojó. Dijo, “Sólo hacía lo que Jesús dijo—ayudar a otros. Realmente no hice demasiado”.
“Sí que lo hiciste, Samuel”, dijo la Sra. Zuniga. “Cualquier cosa que ha-gas por los demás realmente cuenta. Y debido a que has sido tan bueno con-migo quiero darte un regalo. Me haría muy feliz”. Le dio un paquete envuelto. Después dijo, “Bueno, todos, es el momento de algo de torta y helado, sírvanse ustedes mismos”.
Mientras los demás comían y compartían, Miguel se acercó a Samuel y le dijo, “Creo que la Sra. Zuniga no es justa. Siempre hemos estado juntos, entonces ¿por qué no me ha dado un regalo también?”
Detrás de ellos, la Sra. Zuniga le habló, “Miguel, has estado mucho con Samuel pero nunca lo has ayudado a ayudarme. Siempre tenías una excusa para hacer otra cosa.
“Jesús dice que cualquier cosa que hagas por los demás, la estás haciendo por Él. Samuel me ha ayudado y me ha hecho feliz, de modo que ha hecho feliz a Jesús también. Algún día Samuel recibirá una recompensa en el Cielo porque ha escogido hacer lo que Jesús quiere que haga. ¿Qué vas a hacer Miguel?”
Nuestra lección se centra en la idea de que algunas de las decisiones que tomamos tienen consecuencias eternas. Mientras habla de esto con su niño, puede ser útil crear un "Gráfico de decisión".
Comience listando en el gráfico algunas de las decisiones diarias que hace su hijo. Por ejemplo: ¿Usare una camiseta roja o azul hoy? A continuación, analice y liste algunos comportamientos que tienen consecuencias, tales como: ¿Voy a hacer mi tarea hoy o voy a sacar una mala calificación mañana? A continuación, dirija la conversación hacia decisiones que tienen consecuencias eternas y escriba algunas de ellas en el gráfico: Si mi conciencia me molesta, ¿yo le digo a Jesús que lo siento o simplemente la ignoro?
Al final de cada día durante la semana, haga que su hijo ponga un círculo alrededor de las decisiones que hizo. Utilice este tiempo para señalar que las decisiones más importantes que tomamos son las que tienen consecuencias eternas.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Josué 24:15 | LUNES: Deuteronomio 30:19 | MARTES: Hebreos 11:24-25 | MIÉRCOLES: 2 Pedro 2:9 | JUEVES: Mateo 13:49 | VIERNES: Salmo 119:30 | SÁBADO: 1 Juan 2:28