VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! — Marcos 11:9
Jesús hizo muchas cosas maravillosas cuando Él estuvo aquí sobre la tierra. Sus discípulos casi siempre estaban con Él. Solo imagínese cómo deben haberse sentido mientras le miraban sanar a los enfermos y levantar a los muertos. No siempre Jesús les decía a Sus discípulos lo que Él iba a hacer. Algunas veces Él tenía sorpresas para ellos.
Una mañana clara y resplandeciente, Jesús llamó a dos de Sus discípulos. Él quería que fueran a la aldea cercana y que trajeran un asno. Él añadió, que si alguien preguntaba por qué ellos estaban tomando el asno, debían decirle, “El Señor lo necesita”.
Cuán curiosos deben haber estado estos dos discípulos mientras caminaban a la aldea. ¿Cómo supo Jesús donde estaría exactamente el asno? Probablemente ellos querían saber lo que Él haría con el asno. ¿Les permitiría el dueño tomarlo cuando le dijeran que Jesús lo quería?
Cuando los discípulos llegaron a la aldea fueron al lugar donde Jesús les había dicho que fueran. Encontraron el asno exactamente donde Jesús dijo que estaría. Rápidamente lo desamarraron. Mientras lo hacían, algunas personas que estaban parados cerca les preguntaron qué estaban haciendo.
Los discípulos les dijeron que Jesús lo necesitaba. De modo que la gente permitió a los discípulos tomar el asno.
Los discípulos le trajeron el asno a Jesús. Ellos colocaron algunas de sus propias ropas sobre el lomo del asno para un almohadón suave para Jesús sentarse.
Mientras Jesús cabalgaba sobre el asno en la ciudad de Jerusalén, la gente vino de todas partes. Ellos sabían que Jesús era el que había ejecutado muchos milagros maravillosos. Ellos aclamaban y cantaban, “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!” Muchos de ellos tendieron sus prendas de vestir sobre el suelo polvoriento para que Jesús cabalgara sobre ellas. La gente cortó ramas de los árboles cercanos y las colocó en el camino también. Ellos ondearon algunas ramas de palmas en el aire mientras continuaban cantando alabanzas a Jesús.
Jesús cabalgó sobre el asno por las calles de la ciudad de Jerusalén. Era un buen día. Todos estaban contentos y llenos de gozo. Hubo muchas canciones y alabanzas. La gente amaban a Jesús más que nunca. ¡Ellos deseaban que Jesús fuera su Rey!
Nunca veremos a Jesús cabalgando en nuestra ciudad en un asno. Pero todavía podemos alabarle y honrarle. ¡Siendo un Cristiano es excitante! Jesús hace tantas cosas maravillosas para nosotros. Él nos hace sentirnos tan bien interiormente que ¡deseamos aclamar y cantar alabanzas a Él!
La razón por la cual no estaremos estudiando la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén el tradicional Domingo de Ramos, es porque queremos dar un alcance en profundidad a los eventos que inmediatamente preceden a la Pascua. Las lecciones estarían fuera de secuencia si esperamos estudiar este texto hasta el domingo antes de la Pascua.
Cuando pensamos en alabar al Señor, como la gente lo hiciera cuando Él cabalgó en Jerusalén, a menudo pensamos de música. Haga algunos instrumentos musicales con su hijo esta semana. Un tambor puede hacerse con una olla redonda grande. Cucharas de plástico o de madera pueden ser usadas como palillos para tocar el tambor. Maracas pueden hacerse con rollos de papel higiénico vacíos. Coloque un trozo de papel con cinta adhesiva sobre uno de los extremos abiertos para sellarlo. Llene el rollo hasta la mitad con arroz seco o frijoles, luego coloque otro pedazo de papel con cinta adhesiva sobre el extremo abierto para sellarlo. ¡Usa su imaginación y vea cuántos otros instrumentos puede crear!
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Marcos 11:9 | LUNES: Zacarías 9:9 | MARTES: Hebreos 13:15 | MIÉRCOLES: Salmo 100:4 | JUEVES: Salmo 50:23 | VIERNES: Salmo 35:28 | SÁBADO: Salmo 33:2