VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida. — Juan 11:25
Jesús se paró afuera de la cueva grande y oscura. Enfrente de ella había una roca enorme. Miró a las personas que estaban paradas alrededor del Él. Muchos estaban llorando. Su buen amigo Lázaro había muerto y estaba enterrado en esa cueva. Jesús miró a las dos hermanas de Lázaro, María y Marta. Él les había visitado muchas veces en su casa en Betania. Siempre estaban contentos de tener a Jesús comer cena con ellos cuando Él viajaba a su ciudad. Más que todo, les gustaba escucharle hablar acerca de Su Padre Celestial y acerca de las cosas que Dios había planeado para ellos.
Jesús vio cuán triste estaban María y Marta ahora. Él sabía cuán infeliz se sentían porque su hermano se había muerto. Ellas eran Sus amigas. Jesús las amaba, y Él amaba a Lázaro también. Cuán triste se sintió. Las lágrimas rodaron por el rostro de Jesús.
¿Sabías tú que esa es la forma de Jesús? Él siempre sabe cómo nos sentimos exactamente. Cuando estamos tristes, Él se siente triste con nosotros. Jesús desea quitar nuestras tristezas. Él desea cuidarnos y ayudarnos a sentirnos felices.
Mientras Jesús estaba parado en la cueva, Él decidió que era tiempo para mostrarle a la gente lo que Dios podía hacer. Le dio un mandato a la gente que estaba parada con Él. “¡Quitad la piedra!” Al principio la gente no pensó que eso debería ser hecho. “Él ha estado muerto por cuatro días”, ellos le dijeron. Pero Jesús dijo que si ellos creyeran, verían la gloria de Dios.
Lentamente la piedra fue quitada de la cueva. Entonces Jesús oró y dijo, “Padre, gracias te doy por haberme oído”. Jesús sabía que Dios siempre escuchaba Sus oraciones, pero Él quería que la gente supiera que Él realmente era el Hijo de Dios.
Después que Jesús oró, Él clamó en gran voz, “¡Lázaro, ven fuera!” Y ¡eso fue lo que sucedió exactamente!
Lázaro todavía estaba envuelto en ropas de tumbas cuando él apareció. Jesús le dijo a la gente que lo desatara y que lo dejara ir. ¡Cuán contentos estaban de verle! Lázaro, quién había estado muerto, ahora ¡estaba vivo! María y Marta y todos los amigos de Lázaro ¡estaban tan emocionados!
La gente que vio ese milagro lo contó a otros. Muy pronto, muchas personas empezaron a creer que Jesús de veras era el Hijo de Dios. ¡Él había resucitado a uno de entre los muertos!
¡Ese fue un milagro maravilloso! Pero aún más maravilloso es el mila-gro que Jesús hace cuando Él nos salva. Nuestra vida aquí en la tierra es importante, pero es más importante estar listo para el Cielo. Allí tendremos vida eterna con Jesús.
Esta lección cuenta de uno de los milagros finales de Jesús—la resurrección de Su amigo Lázaro de entre los muertos.
Para el niño primario, el enfoque de su enseñanza será sobre la vida. Trate de ayudar a su hijo a visualizar la escena realizada en la lección, hablando acerca de cuán emocionadas deben haber estado las hermanas de Lázaro al tener a su amado hermano devuelto a ellas.
Esta semana desafíe a su hijo para que haga un libro del alfabeto ilustrando la vida que Jesús da. Haga que él recorte o dibuje un cuadro de una cosa viviente empezando con cada letra del alfabeto. Si él no puede encontrar un cuadro, permita que él escriba sobre una página una palabra empezando con la letra e ilústrelo dibujando un cuadro. Permita que su hijo monte los cuadros y los ensamble en un libro. Titule el libro “Alfabeto Vivo”.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Juan 11:25 | LUNES: Juan 5:28-29 | MARTES: Hechos 24:15 | MIÉRCOLES: Juan 6:40 | JUEVES: 2 Corintios 4:14 | VIERNES: 1 Tesalonicenses 4:14 | SÁBADO: Daniel 12:2
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