VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: Porque yo soy Jehová tu sanador. — Éxodo 15:26
“Papi, ¿qué es un centurión?”, preguntó Juan mientras llevaba su Biblia a la sala.
Haciendo un ademán a su hijo para se uniera a él en el sofá, el Señor Fernandez respondió. “Un centurión estaba un oficial del ejercito romano. Él estaba encargado de cien soldados. ¿Acerca de qué estás leyendo?”
“Acerca de cuando Jesús curó al siervo del centurión”.
“Dígame lo que sucedió”.
“Bueno, uno de los siervos favoritos del centurión estaba muy enfermo. En realidad, él se iba a morir. Entonces el centurión supo de Jesús. Él envió a alguien a solicitar a Jesús que viniera y sanara a su siervo. Pero no entiendo esta otra parte. Los judíos dijeron que el centurión les había construido una sinagoga. ¿Qué es eso?”
“Una sinagoga es como un edificio de una iglesia. Es donde los judíos adoran. Los romanos usualmente no ayudaban a los judíos de esa manera. ¿Qué sucedió después?”
“Aun antes de que Jesús llegara a la casa, el centurión envió a algunos amigos con un mensaje. Él no pensaba que merecía el honor de recibir a Jesús en su casa. Él dijo que Jesús podría decir las palabras donde Él estaba y el siervo sería sanado. ¡Y eso fue lo que sucedió exactamente!”
“Dígame, Juan, ¿cómo era su fe como el nuestro hoy?”
Juan pensó por un minuto y entonces dijo, “Jesús está en el Cielo ahora. De modo que ¡tenemos que orar y solicitarle que nos ayude con lo que necesitamos también!”
El Señor Fernandez se sonrió. “Eso es correcto. Ahora permítame decirle acerca de alguien que usó fe como esa. Conoces a la familia Gomez en la iglesia. Bien, acerca del tiempo cuando naciste, la hermana Gomez estaba muy enferma. Ella se enfermó de tal manera que ella no podía comer y estaba tan débil que ellos supieron que ella no podía vivir por más tiempo.
“Pero, ella deseaba confiar en Dios. Ella había leído en la Biblia, ‘Yo soy el Señor que te sanó’. Ella supo que Él la había salvado de su pecado y le había dado poder para vivir para Él. Jesús con toda seguridad podía sanar su cuerpo. Una noche tuvimos una reunión de oración toda la noche para ella. Esa misma noche ella despertó y sintió que Jesús estaba en su habitación. Ella supo que Jesús la había sanado. ¡En la mañana ella se levantó e hizo desayuno y comió con la familia! Ella no había estado en la capacidad de hacer eso por meses. En dos días no había seña de la enfermedad. Ella ha estado bien desde entonces y eso sucedió hace más de siete años”.
Juan sonrió y dijo, “Quiero tener fe como el centurión y la hermana Gomez. ¡Yo sé que Jesús puede hacer cualquier cosa!”
Esta lección ilustra el poder milagroso de Jesús para curar a los enfermos. Esto es muy importante para que el niño primario aprenda, porque es a esta edad joven que una fe básica y confianza en Dios es establecida.
Su hijo escuchará el relato de cómo Jesús curó al siervo del centurión por meramente hablar las palabras. Queremos que los niños entiendan que la creencia que el centurión tenía era necesaria, y también es necesario para que nosotros creamos en Dios cuando venimos a Él con una solicitud.
Aunque corto, el versículo para memorizar para esta semana es una declaración fácilmente recordada la cual resuma a nuestra creencia en el poder de Dios para curar. Ayude a su hijo repasar este versículo, permitiéndole que lo deletree usando alfabeto de macarrones, cereal, dulces, u otra comida en forma de letras.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Éxodo 15:26 | LUNES: Mateo 4:23 | MARTES: Mateo 8:16 | MIÉRCOLES: Isaías 53:5 | JUEVES: Mateo 8:14-15 | VIERNES: Lucas 6:19 | SÁBADO: Mateo 9:29-30