VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: Jehová dará poder a su pueblo. — Salmo 29:11
¿Durante tu vida has tratado de saltar sobre una cerca realmente alta? Se te hizo imposible, ¿verdad? Hay muchas cosas en la vida que son imposibles para todos nosotros pero hay Alguien que puede hacer lo imposible. ¡Es Dios! Algunas veces Él usa a los hombres y a las mujeres para hacer cosas imposibles para Él.
Hace muchos años los israelitas se dieron cuenta que necesitaban la ayuda de Dios. Los filisteos los habían tratado muy mal durante cuarenta años. Era imposible que ellos se liberaran. Dios envió ayuda en una forma muy inusual.
Hubo un hombre de Israel, llamado Manoa. Él y su esposa no tenían hijos. Dios envió a un ángel a decirles que Él les daría un hijo. Pero hubieron instrucciones especiales para el niño. Él tenía que estar en una dieta muy especial y nunca cortarse el pelo. Cuando el niño creciera, Dios lo utilizaría como instrumento para liberar a los Hijos de Israel. Cuando el bebé nació, sus padres le pusieron por nombre Sansón.
A la medida que Sansón creció, el Espíritu de Dios lo hizo muy fuerte. Con sus propias manos él mató a un león, y otra vez él destruyó a mil enemigos con la quijada de asno.
Pero un día Sansón cometió un gran error. Él le contó el secreto de su gran fuerza a una de las mujeres filisteas. Su nombre era Dalila. Le dijo que si se cortaba su pelo perdería su fuerza.
Dalila compartió el secreto de Sansón con los filisteos, y mientras Sansón estaba dormido ella les instruyó que le cortaran todo su pelo. ¡Qué cosa tan terrible fue hacer eso! Porque Sansón no hizo lo correcto, el Espíritu de Dios se marchó. La fuerza de Sansón se había ido. Los filisteos lo pusieron preso y le sacaron sus ojos. ¡Qué horrible! ¿No piensas que Sansón se arrepintió de haber contado su secreto?
El tiempo pasó. Un día los filisteos tuvieron un banquete grande. Ellos mandaron a llamar a Sansón porque querían burlarse de él. Pero Dios estaba listo otra vez para usar a Sansón.
Trajeron a Sansón al pasillo grande donde se estaba llevando a cabo su fiesta. Sansón pidió ser guiado a las dos columnas enormes que eran de soporte al edificio. Él le pidió a Dios fuerza para detener a las mujeres y a los hombres malvados que maltrataban a los Hijos de Israel. Luego, con toda su fuerza, tumbó las columnas. Con un ruido atronador, el edificio cayó, destruyendo a todos los filisteos.
¡Dios le había ayudado a Sansón a hacer lo imposible! Si hacemos lo correcto, entonces Dios nos puede usar a nosotros también.
La historia de la fuerza asombrosa de Sansón es una que capta la imaginación de los niños. Su niño aprenderá cómo Dios pudo usar a Sansón para destruir a los enemigos de Su pueblo.
Mientras repasa esta lección con su hijo, explícale que Dios hoy en día también le da fuerzas a Su gente. Estudien juntos el versículo para memorizar. Dios quizá no dará fuerza física fenomenal como la fuerza que Sansón tuvo, pero Él dará fuerza espiritual que permitirá que seamos Sus instrumentos.
Deje que su hijo haga una cadena de papel de ocho tiras de papel para representar las cadenas que ataban a Sansón. En cada tira de papel para la cadena, haga que escriba una de las palabras del versículo para memorizar, incluyendo la referencia. Luego ordene la cadena en el orden apropiado.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Salmo 29:11 | LUNES: Job 17:9 | MARTES: Salmo 27:1 | MIÉRCOLES: Salmo 46:1 | JUEVES: Salmo 73:26 | VIERNES: Proverbios 24:5 | SÁBADO: Marcos 12:30