VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. – Salmo 119:11
Después que Carolina salió de la tienda y entró en el carro, abrió el paquete de fotos que había terminado de recoger. Ella estaba feliz de ver que todas habían quedado bien. “Esta foto de mi clase de escuela dominical es muy buena”, pensó. “Haré una copia para todos los niños”. Mientras miraba la foto pensó cuán diferentes eran los niños uno de otro.
Ahí estaba Jahaira, mirando al techo. “Ella es toda una personaje”, pensó Carolina. “Ella nunca se sienta tranquila y difícilmente escucha. Me pregunto, ¿qué más puedo hacer para ayudarla a aprender acerca de Jesús? Ella no parece estar interesada”.
Al lado de Jahaira estaba Juan. Hace dos años Juan había orado y le había pedido a Jesús que entrara a su corazón y lo hiciera un Cristiano. Él amaba mucho la escuela dominical y nunca faltaba. Pero el año pasado comenzó a faltar. Ya no se aprendía su versículo para memorizar como antes. Y hacía sólo unas semanas, Juan dejó de venir. Carolina había ido a su hogar para visitarlo y ver si le había pasado algo malo. Pero Juan le dijo que ya no era salvo y no quería ir a la escuela dominical. Carolina se sintió muy triste al escuchar esto.
Luego, estaba Benjamín. Él va a la escuela dominical de vez en cuando. Siempre tenía alguna razón por qué estaba muy ocupado. Pescar, mirar televisión, o jugar pelota—todos eran más importantes para él que aprender de Jesús. Él le dijo a Carolina que sólo había venido a la escuela dominical el día de tomarse la foto porque quería tener su foto. Parecía pensar más en sí mismo que en cualquier otra cosa.
Los últimos tres en la fotografía eran Tomas, Miguel y Pamela. Todos eran Cristianos. Amaban escuchar las historias de la Biblia. Escuchaban cuando Carolina les hablaba sobre Jesús.
Carolina bajó la foto y dijo una corta oración. “Gracias, Jesús, por mi clase de escuela dominical. Por favor ayúdame a enseñarle a cada niño sobre Ti. Ayúdalos a ser buenos oyentes para que puedan saber que realmente les amas. Amén”.
En la Biblia, hay una historia que Jesús contó sobre un hombre que sembró semillas—él Sembrador y las Semillas. Las semillas cayeron en cuatro diferentes terrenos. El sembrador era como un maestro que enseña el amor de Jesús. Cada clase de terreno era como el corazón de una persona que escucha la Palabra de Dios. ¿Cuántas diferentes clases de “oyentes” puedes encontrar en la clase de Carolina? ¿Qué clase de oyente eres tú?
Después de leer el texto Bíblico de esta lección con su hijo, permita que ilustre los cuatro tipos de terrenos. Divida una hoja de papel en cuatro secciones iguales. Dele a su hijo algunas semillas (maíz o habichuela) para pegarla en cada sección. Entonces permita que dibuje alrededor de las semillas para mostrar qué pasó a cada una por el tipo de terreno en el cual fue sembrada.
Hable acerca de qué podemos hacer para estar seguros de que nuestros corazones son “bueno terreno,” receptivos a las enseñanzas de la Palabra de Dios.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Salmo 119:11 | LUNES: 2 Pedro 3:18 | MARTES: Salmo 92:13 | MIÉRCOLES: Marcos 4:8 | JUEVES: Colosenses 1:10 | VIERNES: 1 Pedro 5:10 | SÁBADO: Efesios 4:15