VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. — Juan 3:16
María abrazaba a Jesús. Era un Niño tan pequeño y precioso y ella lo amaba mucho. Ella le agradeció a Dios repetidamente de haber sido escogida para ser la madre de Su Hijo.
Mientras ella cargaba al nuevo Bebé, pensaba en los pocos días antes de que Él naciera. Primero, fue el anuncio de que tendrían que ir a Belén para pagar sus impuestos. Luego, el largo viaje. Ella había estado tan cansada. Aún ella sonreía mientras pensaba cómo José se había preocupado tanto de ella.
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“María, ¿te gustaría detenerte y descansar?”, José preguntó. “Sé cuán cansada debes estar”. “No, José. Estaré bien. Sé que quieres quedarte en Belén esta noche. ¿Está mucho más adelante?”
“Un poquito más adelante, querido. Debemos estar allí antes de que oscurezca”, él respondió.
“Oh, estoy muy contenta”, dijo María suspirando.
El viaje había sido muy largo y duro. Muchos viajeros les habían pasado a ellos hoy. Silenciosamente, María se sentó sobre el asno pensando del Niño que pronto nacería.
“¡Allí está la ciudad!”, gritó alguien, señalando agitadamente. En la distancia estaba el pueblo de Belén. personas! ¡La ciudad está muy abarrotada! ¿Encontraremos un lugar para quedarnos?”
José apretó su mano. “Dios proveerá albergue para nosotros esta noche. Vamos, le preguntaré al vigilante en la puerta de la ciudad”.
Avanzando paso entre la multitud, José le habló al portero. “Señor, ¿sabe de un lugar donde mi esposa y yo podamos que-darnos esta noche?”
El portero le respondió groseramente, “Señor, ¿está loco o ciego? No hay lugar en la ciudad. Será mejor que suban a aquella colina y acampen”.
José miró a María con preocupación. “Vamos, entremos a la ciudad. Preguntaré por una habitación yo mismo”.
A cada mesón que llegaban estaba lleno. José oró silenciosamente a Dios por ayuda.
“Señor”, dijo mientras se apresuraba a la puerta de otro mesonero, “¿tiene una habitación para mi esposa?”
El mesonero movió la cabeza tristemente. “No, lo siento. Mi mesón está completamente lleno, pero…”
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María recordó cuán agradecidos estaban cuando el mesonero les dijo, “tenemos un asilo con un pesebre donde ponemos unos cuantos animales. No es elegante, pero es cálido. ¿Les gustarían quedarse allí?”
Fue allí que este precioso Bebé nació. Mirando hacia Su pequeñito rostro, María susurró, “Jesús, me alegro mucho de que Dios Te haya enviado a vivir con nosotros y seas nuestro pequeño Niño”.
Uno de los gozos de la temporada de Navidad es compartir con otros nuestros sentimientos en relación al nacimiento del Salvador del mundo. Esta lección registra el maravilloso evento, y sus actividades para esta semana pueden ayudar a su hijo a compartir con anticipación.
Permita que él haga tarjetas con huellas de papas para amigos especiales o miembros de la familia. Empiece dejando que corte papel blanco en pedazos que hagan hermosas tarjetas de Navidad. Parta una papa a la mitad y dibuje un diseño simple de Navidad en la papa, tales como una campana, vela, hoja de aquifolio o una estrella. Cuidadosamente recorte la parte de afuera del diseño. (Puede ayudar con esta parte o supervisar cuidadosamente.)
Use almohadillas de tinta de varios colores, o pintura al temple (tempera). Permita que su hijo imprima con la papa presionándola sobre la almohadilla, luego estampando el diseño sobre las tarjetas. Deje que el niño escoja las palabras a escribir en la parte interior de la tarjeta.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Juan 3:16 | LUNES: Lucas 2:4-5 | MARTES: Lucas 2:7 | MIÉRCOLES: Miqueas 5:2 | JUEVES: Isaías 9:6 | VIERNES: Gálatas 4:4-5 | SÁBADO: Juan 1:14