VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. — Proverbios 3:5
¿Cómo te gustaría ser un espía? ¿No sería emocionante ser enviado a hacer una misión secreta? ¿Qué tal si te enviarían a un lugar lejano y te pidieran que investigaras la tierra? Tendrías que tomar notas y luego informarle a la persona que te envió. Esa persona esperaría que le contaras todo acerca de lo que viste y oíste. ¿Piensas que te sería difícil recordarlo todo?
Un espía tiene que ser una persona muy especial. Él debe ser alguien en que se puede confiar, alguien que obedecerá las órdenes y que regresará con un reporte verdadero. Un espía debe ser valiente y fuerte, no miedoso y débil.
Muchos años atrás, Dios le dio instrucciones especiales a Moisés, el líder de los Hijos de Israel. Moisés tuvo que escoger a doce espías para que fueran a investigar la tierra de Canaán. Su misión sería de enterarse de todo acerca de la nación. ¿Era una tierra mala o buena? ¿Qué tan grandes eran las ciudades? ¿Cuántas personas vivían en esa tierra? Los espías recibieron instrucciones de traer de vuelta cierta cantidad de la fruta que se cultivaba en Canaán. Ellos debían demostrarle esa fruta a Moisés y a su pueblo.
Entre los doce espías escogidos por Moisés, se encontraban Josué y Caleb. Ambos eran hombres quienes amaban y confiaban en Dios. Creían en Dios y le obedecían.
Los espías espiaron la tierra de Canaán por cuarenta días. Debieron haber sido emocionados con lo que hallaron. La tierra era hermosa. Tenía ríos copiosos y muchos árboles y buenas frutas. Cuando fue hora de irse de regreso al campo, los hombres cortaron un racimo de uvas para llevárselo a Moisés. ¡El racimo fue tan grande que se tuvo que cargar por dos hombres fuertes!
Los doce espías le dijeron a Moisés que todo era exactamente como Dios había dicho que sería. Pero diez de los espías tuvieron miedo. Cuando miraron la tierra que habían investigado ellos vieron las murallas muy altas y las personas que parecían gigantes. Esos diez espías dijeron: “¡No podemos conquistar esta tierra! No podemos hacerlo”. Se olvidaron de que Dios había prometido ayudarlos. Se olvidaron de que Dios había dicho que la tierra sería de ellos.
Josué y Caleb no lo olvidaron. Ellos confiaban en Dios y sabían que Él les daría la tierra. Caleb les dijo a Moisés y al pueblo: “¡Podemos conquistar esta tierra! Dios está de nuestro lado”.
Muchos años más adelante Josué y Caleb fueron los únicos dos de esos doce espías que entraron a la tierra prometida con los Hijos de Israel.
Josué y Caleb fueron los dos espías valientes que trajeron de regreso un buen reporte de la tierra prometida. Aunque los otros diez espías temieron de los muros altos de la ciudad y los gigantes que habitaban la tierra, estos dos hombres tuvieron el valor de decir que sabían que con la ayuda de Dios la tierra podía ser conquistada.
Explíquele a su hijo sobre el hecho de que algunas veces cosas se ven difíciles o imposibles según el criterio del hombre. Pero Dios tiene todo poder, y deberíamos confiar en Él.
Para reforzar este pensamiento, deje que su hijo haga un rompecabezas en forma de corazón. Dibuje un corazón grande sobre una hoja de papel. Dígale a su hijo que marque dieciséis pedazos. Sobre cada pieza del rompecabezas escriba una palabra del versículo para memorizar incluyendo la referencia. Él puede recortar el rompecabezas siguiendo las líneas que haya dibujado y luego puede ordenar el rompecabezas de manera que aprenda el versículo.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Proverbios 3:5 | LUNES: Salmo 37:3 | MARTES: Salmo 115:11 | MIÉRCOLES: Isaías 26:4 | JUEVES: Salmo 37:5 | VIERNES: Salmo 118:8 | SÁBADO: Salmo 3:6