VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: El que confía en Jehová será exaltado. — Proverbios 29:25
Muchos, muchos años atrás un hombre llamado Noé construyó un barco enorme. Varias personas han construido barcos, pero aquel barco fue muy especial. Dios dijo a Noé que lo construyera. Dios incluso le dijo de qué tamaño lo tenía que hacer, y qué tipo de madera debía usar.
¿Sabes por qué Dios quiso que Noé construyera ese barco grande? Dios sabía que Noé lo necesitaría cuando llegara el diluvio. ¿Sabes lo que es un diluvio? Es cuando un área de terreno se cubre con agua. Dios iba a enviar tanta lluvia que la tierra entera sería cubierta con agua. Él iba a hacer eso porque toda la gente del mundo se estaba portando muy mal—toda la gente menos Noé y su familia. Noé amaba a Dios. Las otras personas no amaban a Dios.
Nadie en el mundo había visto un diluvio antes. No creyeron que real-mente ocurriría. Pero Noé sí le creyó a Dios. Él y su familia comenzaron de inmediato a construir el gran barco.
Cuando el barco de Noé estuvo completado, Dios le dijo a él que tomara por lo menos dos animales de cada especie para llevar en el barco. Me pregunto qué pensaban las personas cuando vieron a todos esos osos, leones, elefantes, monos y otros animales entrar en el barco.
Cuándo Noé, su familia y los animales entraron al barco, Dios cerró la puerta. Luego envió la lluvia. Llovió y llovió todo el día y toda la noche por ¡cuarenta días y noches! Llovió hasta que todos los arbustos y los árboles y las casas y las montañas y las personas fueron cubiertos de agua.
Noé y todos en el barco estuvieron seco. Noé confió en Dios y supo que Él los cuidaría.
Finalmente la lluvia se detuvo, pero durante mucho tiempo el agua se quedó sobre la tierra. Quizá Noé se asomaba a la ventana muchas veces y se preguntaba cuándo pondría salir del barco. Fueron muchos días más antes de que la tierra estuviese seca otra vez. Cuando fue hora para que Noé y su familia salieran del barco, estaban muy felices. Noé construyó un altar de manera para que pudieron orar y dar gracias a Dios por protegerlos.
Dios estaba feliz de oír la oración de Noé. Él prometió que el mundo entero nunca más se destruiría por un diluvio. Él envió un signo especial de Su promesa. ¡Fue un arco iris bello!
Ahora cada vez que veamos un arco iris en el cielo podemos recordar la historia de Noé. Noé confió en Dios y nosotros también podemos confiar en Dios. Sabemos que Dios siempre cumple con Sus promesas. Él nos ama.
Nuestra lección del arca de Noé da la oportunidad para jugar un juego divertido que puede ser jugado en pares o en equipos, usando miembros de la familia. Dale a cada equipo o persona una bolsa que contenga tres artículos sin relación. Por ejemplo: un barco de juguete, un escobita pequeña y un cuadro de un animal; o un pincel, la palabra “rayos de sol” y un libro.
Los equipos deben usar los cuadros, objetos o palabras como la base para inventar una historia acerca de Noé y lo que hacían en el arca durante toda esa lluvia. Pueden practicarlo antes de actuarlo. Haga énfasis en que deberían mencionar cada artículo por lo menos dos veces cuando estén contando la historia.
Los otros equipos luego tratan de adivinar las tres palabras claves. Los niños quizás querrán mostrar el contenido de sus bolsas antes de comenzar, en lugar de hacerle un juego de adivinanzas.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Proverbios 29:25 | LUNES: Salmo 40:4 | MARTES: Proverbios 14:26 | MIÉRCOLES: Nahum 1:7 | JUEVES: Hebreos 11:7 | VIERNES: 2 Crónicas 16:9 | SÁBADO: Salmo 46:1-3