VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: El Dios que respondiere por medio de fuego, ése sea Dios. — 1 Reyes 18:24
Toda la tierra de Israel estaba seca. Ningún alimento podía crecer en los campos. La mayoría de los ríos y arroyos se habían secado. Esto pasaba por-que ¡no había llovido por tres años!
Elías, quien era un profeta de Dios, le había dicho al rey de Israel que no habría lluvia hasta que él lo dijera. Entonces Elías se había ido para esperar y ver lo que Dios haría.
El Rey Acab estaba muy enojado. Él había buscado y buscado a Elías, porque quería que empezará a llover otra vez. Finalmente, un día Dios le habló a Elías y le dijo que era tiempo para ir a ver al rey.
Cuando el rey vio a Elías le dijo: “¿Eres tú el que turbas a Israel?”
Elías le respondió al rey, “Yo no he turbado a Israel, sino tú, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendo a los baales”.
Elías le dijo al Rey Acab que juntara a todo el pueblo y a los falsos profetas en el Monte Carmelo. Allí les dijo que no podían servir al Dios verdadero y a los dioses falsos al mismo tiempo. Mandó a los falsos profetas a preparar un sacrificio pero no a poner ningún fuego debajo de él. Ellos debían orar a sus dioses falsos y pedir que bajara fuego del cielo. Hicieron lo que Elías les dijo y oraron toda la mañana y toda la tarde. Oraron hasta el anochecer pero ningún fuego cayó.
Entonces Elías preparó su sacrificio. Hizo un altar con doce piedras. Alrededor del altar hizo una zanja. Puso alguna madera y el sacrificio encima del altar. Entonces ¡doce cántaros de agua fueron derramados sobre todo esto!
Cuando todo estuvo preparado, Elías empezó a orar. Miró hacia el Cielo y pidió a Dios que enviara fuego sobre el sacrificio para que el pueblo conociera quien era el verdadero Dios. En ese momento, ¡fuego del cielo quemó el sacrificio de Elías y secó toda el agua también! Cuando el pueblo vio esto ellos creyeron que el Dios de Elías era el único Dios verdadero.
Después de esto, Elías fue a la cima de la montaña y oró por lluvia. Él mandó a su criado a mirar arriba del mar por cualquier señal de lluvia. El criado miró pero le dijo a Elías que no vio nada. Elías le dijo que mirara otra vez. El criado miró otra vez y otra vez y aun no vio nada. Pero cuando él miró la séptima vez le dijo a Elías que vio una pequeña nube. Elías le dijo a su criado que corriera y le dijera al Rey Acab que subiera a su carro y se apresurara a casa porque ¡la lluvia venía! El cielo se oscureció con nubes y empezó a llover. Elías estaba tan emocionado que ¡corrió aún más rápido que el carro del rey! ¡Dios había enviado la lluvia otra vez!
Ayuda a su hijo a centrarse en el hecho de que Dios tiene poder para responder la oración. Para ilustrar esto, doble una hoja de papel por la mitad verticalmente. Coloque la mano izquierda de su hijo sobre el papel, con el dedo pulgar tocando el doblez y los dedos tocándose uno a otro. Traze su mano y permite que el niño recorte la figura, y asegúrese que el doblez se mantenga como una bisagra.
Hable sobre cómo doblamos nuestras manos cuando oramos, permitiendo que él desdoble las manos. En el lado izquierdo, escriba las palabras, “Cuando oro”, y en el lado derecho las palabras, “Dios oye y responde”. Permita que su hijo trace las letras con crayón. Asegúrese que él sabe qué quieren decir las palabras.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: 1 Reyes 18:24 | LUNES: 1 Reyes 18:21 | MARTES: Josué 25:15 | MIÉRCOLES: 1 Reyes 18:37 | JUEVES: 1 Reyes 18:39 | VIERNES: 1 Reyes 18:41 | SÁBADO: 1 Reyes 18:45