VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. — Mateo 2:10
Los camellos caminaban majestuosamente sobre la arena del desierto, subiendo y bajando colinas. Ninguna arena era muy caliente, ninguna colina muy alta para los Magos que montaban las espaldas de los camellos. Ellos estaban determinados a encontrar al recién nacido Rey. Él realmente debe ser un gran Rey porque ellos habían visto Su estrella especial en el cielo. Era hermosa, tan brillante y diferente a cualquier otra que ellos hubiesen vis-to antes. Parecía un farol alumbrando un camino oscuro.
Finalmente, les dijeron a los camellos que se detuvieran. Habían entrado a la ciudad de Jerusalén. “Debemos estar cerca”, pensaron. “Un Rey podía nacer fácilmente en una ciudad como esta”.
Ellos comenzaron a preguntarle a la gente dónde podían hallar al niño, nacido para ser el Rey de los Judíos.
Alguien le dijo al Rey Herodes acerca de los Magos que estaban interrogando a las personas. Él les preguntó a algunos sacerdotes y escribas si sabían dónde había de nacer este nuevo Rey. Ellos le hablaron a Herodes de la profecía que dice de que el Cristo nacería en Belén. Entonces llamó a los Magos y les dijo que buscaran al nuevo Rey en Belén.
Así que empezaron otra vez a buscar al pequeño niño. Y otra vez, la estrella los estaba guiando.
Cuando llegaron al pueblo llamado Belén la estrella se detuvo y brilló sobre una pequeña casa.
¡Esa fue una sorpresa! ¿Ningún castillo? ¿Ningún palacio real? Aun así, aquí es donde la estrella los había guiado. Bajaron de sus camellos, cuidadosamente desempacaron sus regalos de oro, incienso y mirra, y fueron a tocar a la puerta.
Dentro de la casa, José y María no tenían idea de que serían visitados por hombres tan importantes. José escuchó el toque y abrió la puerta. Y allí estaban parados algunos de los hombres más importantes que él había visto. Sus ropas mostraban que eran ricos. Él sabía que ellos debían ser grandiosos. María retrocedió y tomó a Jesús en sus brazos, preguntándose de qué se trataba todo esto.
“Perdónenos por molestarlo”, le dijeron los hombres a José, “pero ¿vive aquí un pequeño niño? Hemos estado siguiendo una estrella especial para encontrar al niño, ¡Rey de los Judíos! La estrella ya no se está moviendo así que pensamos que éste es el lugar donde Él vive”.
José no parecía encontrar extraña las palabras de los Magos. Él miró los regalos que sostenían en sus manos, luego miró a sus caras. “Sí, Jesús vive aquí”, dijo él mientras abría la puerta y los invitaba a entrar.
Entonces ellos vieron a Jesús en los brazos de Su madre. Y mientras ellos se arrodillaban para adorar al Hijo de Dios, ¡sabían que cada kilómetro largo y difícil del viaje había sido recompensado!
Esta semana, dirija la atención de su hijo a las estrellas. Si hay una noche clara, salga para ver las estrellas en el cielo. Mire las figuras de las estrellas en los libros o una enciclopedia. Cuente cuántas estrellas puede encontrar en las decoraciones de las tiendas que visite. ¿Pone usted una estrella en su árbol de Navidad o envuelve regalos en papel decorado con estrellas? Relacione todo esto con la estrella milagrosa que siguieron los Magos.
Recorte una estrella grande, y en cada punta escriba una de las siguientes referencias: Mateo 2:1-2; Lucas 1:28; Lucas 2:7; Lucas 2:8; Lucas 2:13. Pegue una puntilla o alfiler a través del medio de la estrella. Permita que su hijo le dé vueltas a la estrella, entonces dibuje una figura de la escena representada por la punta que se detenga más cerca de él.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Mateo 2:10 | LUNES: Mateo 2:1-2 | MARTES: Mateo 2:6 | MIÉRCOLES: Mateo 2:9 | JUEVES: Mateo 2:11 | VIERNES: Salmo 95:6 | SÁBADO: Mateo 2:12