VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo. — Lucas 2:10
“¡Mira todas las estrellas!”, pensó Joel para sí mismo mientras se recostaba en la quieta colina de Judea. “Debe haber un millar de ellas”, supuso. Lucían como pequeñas luces brillando en los cielos.
Los otros pastores estaban recostados alrededor de una pequeña fogata, conversando tranquilamente mientras sus ovejas descanzaron contentas cerca de allí.
Joel cerró sus ojos. La noche estaba tan callada. Él durmió por algunos momentos; ¡entonces de repente se despertó y se levantó instantáneamente!
¡Su corazón estaba latiendo tan fuerte que pensó que se le saldría de su cuerpo! ¿Podría haber estado soñando? Unos momentos antes, él había estado mirando el cielo lleno de centelleantes estrellas. Y ahora, el cielo estaba lleno de luz.
Mientras miraba fijamente con miedo, la luz cambió y una forma brillante se hizo clara. ¡De seguro esto era un ángel!
Aun mientras este pensamiento estaba en la mente de Joel, una hermosa voz le dijo, “¡No temáis!”
El miedo de Joel salió tan rápidamente como llegó. En su lugar había un sentimiento de maravilla. ¡El mismo Dios estaba enviando un mensaje al hombre y él lo estaba escuchando!
“Os ha nacido hoy en la ciudad de David, un Salvador . . .”.
¡Esa ciudad era Belén! “Allí es donde yo vivo”, pensó Joel. No se movió mientras el ángel continuaba diciéndoles que el niño lo encontrarían envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
De repente, todo el cielo se llenó de ángeles alabando a Dios, y diciendo, “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres”. ¡El sonido era tan hermoso!
Mientras los pastores escuchaban, sus corazones estaban llenos de gozo. Estaban emocionados con la maravillosa noticia que habían escuchado.
De pronto los ángeles se fueron, y todo quedó tranquilo una vez más. Por varios minutos, Joel y los demás pastores se sentaron en silencio. Ellos difícilmente podían creer las cosas que ellos habían visto y oído.
Entonces se dijeron unos a otros, “Vámonos a Belén y busquemos al bebé. El ángel dijo que sabríamos que sea Él porque estaría envuelto en pañales y acostado en un pesebre”.
“¡Apresurémonos! ¡Vámonos!”
“¡Sí!”, dijo Joel emocionadamente, “¡Vámonos!”
Ellos fueron a Belén y pronto hallaron el establo. Tranquilamente caminaron hacia adentro y supieron que habían encontrado al Niño Jesús. Había un hombre con una joven mujer cerca, mirando al pesebre de heno. Los pastores vieron al pequeño bebé envuelto en pañales, profundamente dormido.
Mientras se arrodillaban calladamente al pesebre, los pastores adoraban al recién nacido Rey. Su Salvador al fin había llegado.
Hable con su hijo de cómo debieron haberse sentido los pastores la noche que escucharon el coro celestial cantando acerca del nacimiento de Cristo. Haga una cadena de ángeles de papel para ayudarle a aprender el Versículo para Memorizar de esta semana. Doble en forma de acordeón un gran pedazo de papel, haciendo ocho secciones de aproximadamente 7.5cm de ancho. En la sección de arriba, dibuje una figura de un ángel, asegurándose que las puntas de las alas y los lados de la falda toquen ambos lados del papel doblado. Ayude a su hijo a recortar la figura, dejando las partes del doblez sin recortar. Cuando lo desdobla, escriba las palabras del Versículo para Memorizar sobre las faldas de los ángeles.
Ayude a su hijo a colgar la cadena de ángeles en lo alto de un espejo o sobre la superficie de una puerta.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Lucas 2:10 | LUNES: Lucas 2:8 | MARTES: Lucas 2:9 | MIÉRCOLES: Lucas 2:11 | JUEVES: Lucas 2:15 | VIERNES: Lucas 2:16-17 | SÁBADO: Lucas 2:20