VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: Bueno es alabarte, oh Jehová. — Salmo 92:1
“Ahora me gustaría girar alrededor de la clase y oír a cada uno de ustedes decirme una cosa por la que están agradecidos”, dijo la maestra de la es-cuela dominical de Justo. “¿Catalina, empezarías tú?”
Catalina dijo, “Yo estoy agradecida por el sol, porque esto es muy bueno y cálido cuando salgo a jugar”.
Luis fue el siguiente. “Yo estoy agradecido por la buena comida, especialmente las hamburguesas”. Todos se rieron, porque ellos ya sabían que la comida favorita de Luis eran las hamburguesas.
“Estoy agradecida por mi mami y papi”, dijo Susana luego.
“Estoy agradecida de que Dios hizo las bellas fl ores y árboles”, dijo Margarita.
Entonces llegó el turno de Justo. “Yo estoy agradecido por mis botas de vaquero”. Él se detuvo y luego continuó. “¿Podría decirles por qué estoy agradecido?”
Su maestra asentó con la cabeza. “Claro, Justo. Nos encantaría escucharte”.
Justo explicó. “Yo quería unas botas de vaquero por un largo, largo tiempo. Yo hasta le dije a mami que le daría mi dinero por dos meses completos, si ella me comprara unas. Pero ella dijo que costaban demasiado dinero. Mi papi no había podido trabajar desde que se hirió su espalda, y teníamos que usar nuestro dinero para comida y cosas como esa”.
“Mami me dijo que orara sobre esto, así que lo hice. Cada noche yo le pedía a Dios que me ayudara a hallar una forma para conseguir unas botas de vaquero. Y ¡Él me escuchó¡ ¿Saben cómo? La semana pasada la Sra. Julia, que vive en la casa del otro lado de nosotros, trajo un saco lleno de cosas que habían pertenecido a su nieto. Ella pensó que tal vez nosotros podríamos utilizarlas. Al fondo del saco estaban . . . ¡estas!” Justo sacó sus pies de debajo de su silla, así que todo el mundo pudo ver las brillantes botas marrones.
“Muchas gracias Justo por compartir con nosotros”, decía su profesora sonriendo. “Estamos muy contentos de oír de cómo Dios contestó tus oraciones. ¿No es Él bueno con nosotros?”
Justo asintió sobríamente. “Sólo deseo que haya algo que yo pueda hacer para mostrarle a Dios que lo amo”.
“Muy bien”, dijo su maestra. “¿Podrías por favor poner estos libros de historias Bíblicas, de vuelta al estante?” Justo se levantó y puso los libros al estante. “Ahora, por favor pasa estas cartas de asistencia a todos en la clase”. Nuevamente, Justo hizo como ella le había dicho.
“¿Sabes lo que has terminado de hacer, Justo?”, ella le preguntó mientras él tomaba su asiento. “Al ser una ayuda para mí, tú estuviste dando gracias a Dios. Cada vez que ayudas a otra persona, estás ayudando a Dios. Es una gran cosa estar agradecida a Dios. ¡Y estar dispuesto a ayudar es una de las mejores maneras de decir gracias!”
La lección final de esta unidad revela el punto culminante de David llegando a ser rey de Israel por fin. Su niño debe aprender que David vio la promesa cumplirse, la cual había sido hecha cuando él fue ungido para ser rey. Esto debe ser relatado a la vida diaria, con la seguridad de que Dios también mantendrá Sus promesas hacía nosotros.
Hable con su niño acerca de lo que es una promesa y la importancia de cumplir nuestras promesas. Anímele a hacerle una promesa a alguien esta semana—uno que se puede cumplir facilmente—tal como ayudar con los quehaceres en la casa, estudiar su lección de la escuela dominical, o algo similar. Ayúdelo a escribirla y pégala en un lugar que sirva de recordatorio.
Cuando la promesa sea cumplida, deje que él le pegue una calcomanía de una cara sonriente y déle un pequeño premio o un regalito especial.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Salmo 92:1 | LUNES: Hebreos 13:15 | MARTES: Salmos 35:18 | MIÉRCOLES: 1 Crónicas 16:8 | JUEVES: 1 Pedro 2:9 | VIERNES: Efesios 5:19 | SÁBADO: Filipenses 4:4