VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. — 1 Corintios 15:57
“Es siempre muy divertido visitar al tío Alberto”, dijo Andrés mientras él y su papá entraban al carro.
Su padre sonrió mientras encendía el carro. “Yo lo disfruto también. Dime Andrés, ¿qué es lo que especialmente te gusta de tu tío Alberto?”
Andrés pensó un minuto. “Bueno, es un tipo tan ingenioso, papá. Tiene historias grandiosas para contar y sus historias siempre me hacen sentir feliz”.
El padre de Andrés levantó sus cejas. “¿Oh? Ahora me parece a mí que muchas de las historias de Alberto tienen que ver con tiempos muy difíciles. Hay una acerca de cuando su bote zozobró y él casi se ahogó. Hay la historia sobre cómo sus compañeros del ejército se burlaron de él porque no hizo todas las cosas malas que ellos hacían. Entonces él cuenta la época cuando su esposa murió y él tuvo que criar tres niños pequeños por si solo. ¿Son estas historias felices?”
“No . . .”, respondió Andrés, “no exactamente. Yo creo que me hacen sentir feliz porque las historias del tío Alberto siempre tienen un final feliz”.
Su padre sonrió. “Pienso que estás en lo correcto, Andrés. El tío Alberto llegó a la conclusión que aun cuando haya tiempos difíciles en la vida, hay victoria cuando tienes tu confianza en Dios”.
Andrés asintió. “Cuando escuchas al tío Alberto contarlas, nunca suenan tan mal, porque te deja saber cómo Dios lo ayudó”.
“Eso es exactamente”, el papá de Andrés estuvo de acuerdo. “Sabes, en estos últimos quince años, más o menos el tiempo que he conocido a Alberto, él siempre me ha hecho pensar en el Apóstol Pablo”.
“¿Pablo?” Andrés pareció desconcertado. “Pero él no se parece en nada a la figura de Pablo en nuestro libro de historias Bíblicas. Y él nunca ha sido puesto en la cárcel, o ha ido a un gran viaje misionero, o algo como eso”.
“Oh, no quiero decir cómo luce”, replicó su papá. “Y no quiero decir las cosas actuales que le han pasado a él durante su vida. Quiero decir su espíritu, la forma en que reacciona a las cosas que le pasan. ¿Recuerdas cómo Pablo le escribió a Timoteo cuando miró a su vida? A pesar de todos los momentos difíciles que había atravesado, estaba agradecido a Dios por una vida de victoria”.
“Eso sí suena como el tío Alberto”, dijo Andrés. “Sabes, papá, el tío Alberto es bastante viejo y ahora está enfermo también y luce un poco débil. Algún día dentro de poco tiempo, probablemente irá al Cielo. Eso me hace sentir un poco triste, porque lo extrañaré realmente. Pero apenas tuve un pensamiento que me hizo feliz. ¿No tendrán el Apóstol Pablo y el tío Alberto un buen tiempo conociéndose uno al otro en el Cielo?”
Estar agradecido por la comida que Dios provee es un aspecto de gratitud. Esta historia bíblica nos cuenta cómo Jesús dio las gracias por siete panes y algunos pececillos y entonces usó esta pequeña cantidad para alimentar a 4.000 personas.
Esta será una buena semana para aprender una nueva oración para la mesa con tu niño. Practíquenla juntos y sorprenda al resto de la familia una noche en esta semana teniéndolo a él decirla a la hora de comer.
Ustedes pueden también preparar un bocadillo especial juntos durante la semana, preparando siete panecillos o bollos de pan para representar la comida con que Jesús alimentó a la multitud. Si no tiene pez para servir, corte pequeños “peces” hechos de carne o queso para acompañar a los panes.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: 1 Corintios 15:57 | LUNES: 1 Juan 5:4 | MARTES: Romanos 8:35-37 | MIÉRCOLES: Apocalipsis 3:21 | JUEVES: Deuteronomio 3:22 | VIERNES: Proverbios 30:5 | SÁBADO: Apocalipsis 21:7