VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy. — Éxodo 14:13
Chislon subió en el regazo de su abuelito. “¡Cuénteme otra vez cómo cruzó usted el Mar Rojo cuando era un niño!”
El abuelito acarició su barba y se rió. “Realmente te gusta esa historia, ¿no es así? Pues bien, te la contaré otra vez. Recuerdas cómo te le conté que Egipto recibió diez plagas horribles antes de que el Faraón finalmente dejara a nuestro pueblo salir de Egipto. Pues bien, no mucho tiempo después que salimos, él cambió de parecer. Él reunió un gran ejército para perseguirnos y llevarnos de regreso a Egipto. Cuando vimos al ejército de los egipcios viniendo hacia nosotros, ¡sentimos gran agitación!
“¿Tuvo miedo usted?”, preguntó Chislon.
“Pues bien, yo tenía más o menos tu edad en ese entonces y había estado muy emocionado sobre cómo Dios nos había guiado fuera de Egipto. Me imaginé que Dios también nos ayudaría para no ser atrapados por todos esos soldados. Pero cuando los adultos comenzaron a asustarse, me asusté también. Luego nuestro líder, Moisés, se paró frente a nosotros y nos dijo que Dios nos cuidaría y nos protegería de los egipcios. Eso me hizo sentirme mejor.
“Antes de ese momento, Dios había enviado una nube grande y alta para guiarnos durante el día. En la noche, se convirtió en una columna de fuego para darnos luz e indicarnos el camino a viajar. Siempre había ido delante de nosotros, pero ahora Dios se movía detrás de nosotros.
Ahí estaba entre nosotros y los egipcios. ¡Ellos estaban a oscuras mientras nosotros estábamos en la luz! Pero teníamos un problema grande delante de nosotros”.
“¡El Mar Rojo!” Chislon interrumpió. “Correcto. El ejército del Faraón detrás de nosotros y el Mar Rojo delante. ¿Qué íbamos a hacer? Pero Dios no nos había olvidado. Él hizo que un fuerte viento del este soplara toda la noche. ¡Las aguas se separaron! Oh, Chislon, ¡cómo me gustaría que pudieras verlo!” “Cuando nos adelantamos, pensé que podríamos salpicar en el cieno. ¡Pero la tierra donde había estado el agua estaba seca! ¡Qué milagro! A ambos lados de nosotros el agua estaba igual que una pared”.
“Los egipcios siguieron inmediatamente después de nosotros. Cuando estaban entre las paredes de agua, comenzaron a tener problemas. Dios provocó que las ruedas de sus carros se cayeran”.
“Cuándo llegamos al otro lado, Moisés se volteó y alzó su mano hacia el mar. Antes de que el ejército del Faraón pudiera escapar, las aguas los cubrieron y todos se ahogaron. ¡Ya no tuvimos más miedo! Dios nos había liberado”.
“Cómo me hubiera gustado haber estado allí”, dijo Chislon con tristeza.
“Pues bien, fue un milagro maravilloso. Pero recuerda, Chislon, Dios está todavía trabajando hoy. ¡Quién sabe qué milagros guarda Dios para tu vida!”
Chislon sonrió. “Tiene razón, Abuelo. ¡Tal vez algún día podré contar a mi nieto historias emocionantes como las que me cuenta usted!”
Esta historia Bíblica se trata de la forma milagrosa en que Dios libró a Su pueblo del ejército egipcio que les perseguía, abriendo un camino entre las aguas del Mar Rojo. Ésta es una historia emocionante, y debería ayudar a su hijo a darse cuenta del poder de Dios.
Cuando piense en cómo avanzaron los Hijos de Israel hacia la tierra que Dios les había prometido, haga un juego llamado “Ir a Canaán”, con su familia. El primer jugador dice, “Voy a Canaán, y tomo una arpa” (o cualquier palabra que comience con a). Cada jugador que siga repite todas las cosas que los otros jugadores toman, y añade un objeto nuevo a partir de la siguiente letra del alfabeto. (“Voy a Canaán, y tomo una arpa, una bota y una capa”). El juego conti-núa hasta que se use el alfabeto completo.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Éxodo 14:13 | LUNES: Isaías 41:13 | MARTES: Salmo 91:11 | MIÉRCOLES: Salmo 34:7 | JUEVES: Éxodo 14:14 | VIERNES: Salmo 41:2 | SÁBADO: Salmo 91:2