VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre. — Hebreos 13:6
Tuve realmente miedo. Teníamos un nuevo bebé en nuestra casa, y todos nosotros le amamos muchísimo. Pero el Faraón, el gobernante de Egipto, quiso matar a todos los bebés varones descendientes de hebreos. ¡Él es un hombre cruel! ¿Cómo íbamos a salvar a mi hermano recién nacido?
Hicimos todo lo que podíamos para esconder el bebé. Pero cuando tuvo tres meses de edad, mis padres supieron que no le podrían esconder más. Me puse a llorar cuando pensé en que el Faraón enviaría a alguien para llevarse a nuestro bebé. Pero Mamá y Papá dijeron que Dios protegería al bebé si confiábamos en Él. Eso ayudó a que dejara de llorar.
Luego Mamá se puso a trabajar en algo. Ella usó alguna hierba alta del río y tejió una canasta bonita que parecía a un bote. Ella le llamó un arca. Ella dijo que iba a meter al bebé en el arca y ponerlo en el río. Pensé que esa no era una idea muy buena. ¿Quién iba a alimentar a nuestro bebé? ¿Si se iba flotando donde no le pudiéramos alcanzar? Y ¿todos esos cocodrilos que había en el río? ¿Qué ocurriría si algún hombre del Faraón le encontraba?
Me asusté de nuevo. Pero Mamá dijo que no tenía que tener miedo. Ella dijo que fuéramos todos a orar y que Dios nos ayudaría. Eso me hizo sentir mejor. ¡Sería maravilloso ver cómo Dios iba a contestar a nuestra oración!
Al día siguiente pusimos el bebé en el arca y bajamos al río. Mamá colocó el arca en la hierba alta que crecía al borde del río, de manera que no se distanciara. Ella me dijo que caminara a lo largo de la ribera y estuviera observando. Me sentí muy importante por poder quedarme y observar solo. Pero ¿qué iba a ocurrir?
Pronto un grupo de personas vinieron a bañarse en el mismo lugar donde estaba el bebé. ¡Oh, no! ¡Era la hija del Faraón! ¡Seguramente Dios no dejaría que ella viera al bebé! Comencé a orar mientras observaba.
¡Encontraron al bebé! Ya no podía quedarme más dónde estaba, de manera que corrí hacia ellos. El bebé lloraba y la hija del Faraón le sujetaba. ¡Ella quiso quedárselo!
Me armó de valor y le pregunté a ella si deseaba que yo buscara alguien para cuidar el bebé. Ella dijo que sí, de manera de corrí tanto como pude para encontrarme con mi mamá. ¡Ella estaba tan feliz al oír las noticias! ¡Nuestro pequeño bebé estaba a salvo, porque ahora él era el nieto del Faraón! La hija del Faraón le llamó Moisés.
Después de ver cómo Dios actuaba para ayudar a mi hermano pequeño, ya sabía que no tendría miedo otra vez. ¡Dios se encargará de mí también!
Esta nueva unidad de lecciones trata sobre Moisés, el hombre que Dios escogió para liberar a los Hijos de Israel de la esclavitud.
¿Tiene usted un nuevo bebé en su hogar o entre sus parientes lejanos? Si es así, usted tiene una magnífica oportunidad de ayudar a su hijo a contar esta lección sobre cómo la vida de Moisés se salvó milagrosamente en la infancia.
Después de leer el texto bíblico con su hijo, ayúdele a entender que la familia de Moisés sentía exactamente lo mismo que ustedes sienten por su bebé. Hable acerca de cuánto aman su bebé y cómo querrían protegerle de cualquier daño. Discuta todas las cosas que un bebé necesita, y lo difícil que sería esconderlo. ¿Qué haría si el bebé llore?
Su hijo podría disfrutar haciendo un collage del recién nacido durante esta semana. Déjele recortar cuadros de bebés de revistas o catálogos y péguelos en una hoja grande de papel de color.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Hebreos 13:6 | LUNES: Hebreos 11:23 | MARTES: Salmo 37:5 | MIÉRCOLES: Proverbios 3:5 | JUEVES: Isaías 26:4 | VIERNES: Salmo 33:18 | SÁBADO: Salmo 34:17
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