VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel! — Juan 12:13
“Realmente me gustó la historia Bíblica que nos dijo hoy, Maestra”, dijo Camila. “Deseo haber estado allí, el día que Jesús entró montado a Jerusalén”. Ella recogió un par de tijeras y cuidadosamente comenzó a recortar su rama de palma hecha de papel.
“¡Yo también!”, añadió Cristina, mientras escogía una flor rosada para recortarla. “¡Yo habría recogido cada una de las rosas de Mamá para arrojarlas delante de Él! Especialmente los botones de color de melocotón. Son mis favoritos”.
“Sí, pues no tenemos ninguna rosas en nuestra casa”, dijo Marco. “Pero la Biblia dice que las personas también ponían sus ropas delante de Jesús”. Luego sonrió, “Yo habría tendido mi chaqueta a lo largo del camino para que ¡caminara sobre ella!”
Cristina sonrió y le dio un amistoso codazo, “¡Estupendo! ¿Te refieres al nuevo que obtuviste en tu cumpleaños? ¡Casi no puedo creerlo!”
Marco asintió, “¡Es cierto! ¡Aun mi chaqueta nueva!”
Su maestra de escuela dominical sonrió. “Es obvio que todos ustedes hubieran entrado con los otros. Sé cómo se sienten. ¡Habría sido grato estar allí! Ponse a pensar en cuán feliz estaríamos si oyéramos que Jesús viene aquí hoy. ¡Imaginense qué contentas estuvieron esas personas cuando oyeron que Jesús venía a su ciudad!”
“Bueno, ¡yo en realidad lo hubiera estado!”, dijo Cristina, agitando la flor rosada que había terminado. “Hubiera sido tan emocionante adorarle y cantar ‘Hosanna’ con todos los demás niños”.
“No podemos ver a Jesús en la vida real como hicieron estas personas”, su maestra le dijo, “pero podemos alabar a Jesús de otro modo. Jesús oye sus alabanzas al igual como oyó las de los niños ese día. Cuándo cantas tus canciones de escuela dominical con todo tu corazón ¡le hace a Él muy feliz! ¿Pueden ustedes niños pensar en otras maneras en que pueden alabarle?”
“¡Conozco un modo! Podemos decirles a nuestros amigos acerca de Él”, dijo Camila, “¡e invitarles a la escuela dominical y a la iglesia! Jesús quiere que todos le conozcan”.
“¿Y qué tal cuando oramos?”, preguntó Marco. “¿No es ese un momento cuando alabamos a Dios? Cuando oro, siempre digo, ‘Gracias’, por todas las cosas buenas que hace por mí”.
“Eso está bien, Marco. La oración es un momento muy importante de ala-bar a Dios”, dijo su maestra. “Cristina, ¿puedes pensar en algo?”
“Podemos ser buenos oyentes en la escuela dominical”, sugirió Cristina. “Él puede ver que estamos tratando de honrarle cuando actuamos bien”.
“¡Eso es bueno también! Estas son buenas ideas en las que ustedes niños han pensado”, dijo su maestra. “¡Ven, podemos alabar y honrar a Jesús en nuestros días también!”
En su tiempo con su hijo, discuta el significado de la palabra alabar. Hable sobre cómo se regocijaba la gente y cantaba alabanzas a Jesús mientras entraba triunfante a Jerusalén.
Explíquele que aunque no vemos a Jesús en forma física como esas personas lo veían, aún podemos alabarle. Ayude a su hijo a hacer una lista de las formas en que podemos alabar a Dios: orando, cantando, testificando, etc.
Ponga el listado de su hijo en la puerta del refrigerador o en un lugar donde él lo verá a menudo. Cada vez que tenga la oportunidad de alabar al Señor en una de estas maneras, coloree una pequeña estrella o corazón al lado del detalle en la lista. Al final de la semana, cuente la cantidad de estrellas o corazones que ha recibido. ¿Piensa él que ha alabado al Señor lo suficiente?
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Juan 12:13 | LUNES: Zacarías 9:9 | MARTES: Lucas 19:37 | MIÉRCOLES: Salmo 67:3 | JUEVES: Salmo 100:4 | VIERNES: Salmo 9:2 | SÁBADO: Salmo 50:23