VERSO CLAVE:
Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. — 1 Timoteo 1:15
No se necesita ningún esfuerzo de la imaginación para saber que Abraham pasó por la prueba más difícil de su vida al ofrecer a su hijo amado, completamente rendido. Pero este viaje al Monte Moriah significaba mucho más que una prueba para Abraham. Cuando Isaac fue llevado al Monte Moriah para ser sacrificado, él modeló al “Cordero de Dios” quien sería ofrecido por el pecado de la humanidad, en la cruz del Calvario.
Al concluir esta lección, el hecho importante a mostrar es que fue el amor de Abraham por Dios y su fe absoluta en Él que hizo posible que Abraham obedeciera a Dios en esta prueba. Fue el amor de Dios por Abraham que proveyó un carnero para ser ofrecido en lugar de Isaac. Ese es el mismo amor de Dios por toda la humanidad que trajo la muerte de Jesús en el Calvario. Ningún sustituto pudo tomar el lugar de Cristo. Él se convirtió en nuestro sustituto, sin el cual moriríamos eternamente por nuestros pecados. Pero Jesús murió por todos. A través de Su sustitución, podemos ser redimidos y tener el regalo de la vida eterna.