Una Promesa de Protección

TEXTO: Éxodo 12:1-14

VERSO CLAVE:
Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos. — Hebreos 11:28

ESCRITURAS COMPLEMENTARIAS: Josué 2:1-22; Hebreos 9:13-15

INTRODUCCIÓN

Los antepasados de los hijos de Israel habían ofrecido sacrificios desde el principio de la Santa historia. Cuando se trajo el juicio sobre el pueblo de Egipto, Dios les reveló una vez más a los israelitas, la importancia de la sangre de los sacrificios cuando se aplicaba como Él requería. Hoy en día debemos tener la Sangre de Jesús aplicada a nuestros corazones si esperamos escapar de las consecuencias del pecado.

PREGUNTA

1. ¿Quién dio las instrucciones al pueblo de Dios para que prepararan el Cordero para la Pascua? ¿A qué conclusión podemos llegar con respeto al plan de Dios para el liderazgo espiritual? Lea Efesios 4:11-13.
2. ¿Por qué fueron instruidos los israelitas a sacrificar un cordero sin defecto? ¿Qué significado especial representa esto? Lea Hebreos 9:12-14 y 1 Pedro 1:18-19.
3. ¿Qué se debía hacer con la sangre del cordero?
4. Escriba algunas formas en que el cordero de la Pascua fue un tipo de Cristo.
5. ¿Por qué era necesario para los israelitas que comieran ésta primera Pascua deprisa?
6. ¿Cuál fue el juicio final que Dios envió a los egipcios, y por qué? Lea Éxodo 11:1,5.
7. Los israelitas tenían que tomar algunas precauciones para escapar del juicio de Dios. ¿Qué precaución deben tomar las personas hoy en día si quieren escapar del juicio de Dios sobre este mundo? Lea Romanos 3:23, Hechos 17:30; Juan 3:16 y 8:31.
8. A los israelitas se les instruyó que guardaran la Pascua como memorial para siempre. En la última cena de Pascua de Jesús, Él instituyó algo que los cristianos de hoy en día hacen en conmemoración de su Cordero de Pascua. ¿Cómo se llama y qué conmemora? Lea 1 Corintios 5:7 y 11:23-26.
9. ¿Por qué es tan importante responder “sí” inmediatamente al llamado de Dios en nuestro corazón? Lea Génesis 6:3; Mateo 24:44 y Santiago 4:14.