“¡OYE, CHICO, tienes talento!”
Benjamin apenas levantó su mirada de la guitarra. Él reconoció la voz. Era Marvin El Grandote, jefe de la pandilla más temible en el oeste de la ciudad. Él era uno de los tipos que era mejor tenerlos de amigos si tenía negocios con él, porque de lo contrario, te daría una paliza.
“Gracias,” finalmente murmuró, y sólo miró para ver el cuerpo abultado caminando hacia el corredor.
Benjamin meneó la cabeza en asombro. ¡Imagínate! ¡Marvin El Grandote ha notado la música de mi guitarra!
Benjamin había dedicado todos los minutos libres para ensayar el acompañamiento para la canción de su hermana Kathy. Debían de tenerla lista para el servicio de jóvenes que se aproximaba en dos días. ¿Pero quién hubiera pensado que Marvin El Grandote estaría atento a las notas que tranquilamente vibraban de las cuerdas mientras estaba recostado del armario?
Al día siguiente en la cafeteria durante la hora del almuerzo, Benjamin tuvo otra sorpresa. A través del salón, con la vista de todos sobre ella, vino Cheryl.
¡Si, Cheryl! La novia de Marvin El Grandote. Ella vino directo a la mesa donde estaba sentado Benjamin.
“Marvin El Grandote cree que tú eres uno de los mejores guitarristas que él haya oído,” dijo ella. “Marvin Él Grandote quiere que tú seas el guitarrista principal en su banda de rock. El ensayo es a las ocho mañana en la noche en su casa. ¡Llega a tiempo! Marvin El Grandote se molesta mucho si alguien llega tarde.”
Al decir esto, ella se dio la vuelta y se fue. Todos los que estaban alrededor de Benjamin estaban tan sorprendidos como Benjamin. “¿Oye, podemos tocarte, Benjamin?” alguien dijo tratando de provocarlo. “Eso es algo, Benjamin,” añadió otro, “¡Guitarrista principal de la banda de Marvin El Grandote! Supé que consiguieron un contrato con una firma muy grande. ¡Tal vez te harás muy rico!”
VERSO CLAVE: El Señor siempre me ayudará.
Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador. — 2 Samuel 22:2
“¡Pero no voy a tocar en la banda de rock de Marvin El Grandote!” Benjamin dijo. “¡No quiero mesclarme con esa clase de música ni con su grupo!”
“Bueno, debes tener cuidado al decir esas clases de cosas alrededor, Benjamin,” le advirtió uno de sus amigos. “El no querer unirte a la banda de Marvin El Grandote sería un insulto para él. Pues, ¡él te daría una paliza hasta dejarte hecho pedazos! Sobre todo ahora que él está atento, tal vez tú estás obligado a presentarte te guste o no. Estarás en problemas muy serios si no vas al ensayo.”
Esa noche alrededor de la mesa de cenar, la hermana de Benjamin notó que él no estaba hablando mucho. “Oye, estás cayado esta noche, Benjamin. ¿Estas pensando en tocar la guitarra mañana?”
“Se espera que yo toque mi guitarra en dos lugares mañana en la noche,” Benjamin respondió, “en la iglesia, y en una banda profesional de rock.”
“¿Banda de Rock?” exclamó su madre. “¿De qué estás hablando, Benjamin?”
“No te preocupes, mamá, no tengo ninguna intensión de tocar en esa banda. “Estaré‚ en la iglesia. ¡Pero a lo mejor me den una paliza!”
“Te conviene explicarlo, Benjamin, antes que tu madre tenga un ataque cardiaco,” dijo su padre.
Mientras el resto de la familia guardó silencio, Benjamin contó lo que había sucedido. Cuando él terminó, su padre movió la cabeza lentamente. “Bueno, tú estás enfrentando un reto hijo. Pero creo que Proverbios 16:7 puede ayudarte. El alcanzó su Biblia que estaba detrás de él. “Toma, léelo.”
“‘Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová,” leyó Benjamin, “aun a sus enemigos hace estar en paz con él.’”
Aquellas palabras le ayudaron a Benjamin, pero aún se sentía nervioso cuando entró a la escuela el lunes. Él no se presentó al ensayo la noche anterior con Marvin El Grandote, y de seguro él no buscaría al chico. Pero Benjamin se imaginaba que Marvin El Grandote lo buscaría a él antes de terminar el día. Y así lo hizo.
Caminando a través del corredor para agarrar su chaqueta después de su última clase, Benjamin vio a Marvin El Grandote recostado en su armario. Él hizo una pequeña oración mientras se acercaba al chico. El gentío se aparentó dar un paso hacia atrás mientras él se iba acercando. Él no sabía qué decir, pero no tenía que preocuparse. Marvin El Grandote habló primero.
“Tengo entendido que no quieres tocar en mi banda, muchacho.”
“No, no quiero.” Benjamin lo miró a los ojos. “Soy cristiano y estoy dedicado a la música de mi iglesia. “No tengo tiempo ni interés en hacer otra cosa por el momento.”
El gentío respiró convulsivamente. ¿Le daría Marvin El Grandote una bofetada ahora mismo?
Pero Marvin El Grandote sonrió con sonrisa presumida. “Bueno, ciertamente no puedo utilizar a nadien en la banda que no quiera estar en ella.” Y con esas palabras se marchó.
Benjamin dio un respiro de alivio desde los pies a la cabeza.
¡Gracias, Señor! respiró. Tú en realidad me ayudaste a salir de esa!
ACTIVIDAD DE LECCIÓN: Jesús al Rescate