ERA UN DÍA EMOCIONANTE en Jerusalén, había mucho que hacer. La ciudad estaba bulliciosa con actividad. Mientras los discípulos de Jesús caminaban por el camino polvoriento, ellos podían ver que todos se estaba preparando para la celebración de la Pascua. Los judíos habían guardado la fiesta de los panes sin levadura por muchos años. El primer día de la fiesta de los panes sin levadura se celebraba la ceremonia de la Pascua. Ellos tenían que guardar esta fiesta en memoria de lo que Dios había hecho por los hijos de Israel muchos años antes cuando Él los sacó de la tierra de Egipto. Los discípulos de Jesús eran unos de los que se preparaban. Este era uno de los días festivos más importantes del año, y ellos querían que todo estuviera perfecto. Ellos necesitaban un aposento que fuera apropiado para reunirse con Jesús. Él les había dicho que hallarían tal aposento, tan pronto como encontraran cierto hombre en la ciudad. Sólo lo que sabían del hombre era que él estaría cargando un cántaro de agua.
Ahora ellos se acercaban a la entrada de la ciudad y ahora deberían mirar cuidadosamente. Sus ojos se esforzaron contra el sol de la tarde. “¡Mira!” Exclamó uno de ellos, señalando frente a la entrada. Desde atrás de una estructura un hombre venía caminando apresuradamente a través de la multitud, se dirigía directamente hacia ellos. Y en una mano llevaba un gran cántaro. ¿Podría este ser el hombre? Rápidamente, se apresuraron a encontrarse con él. Al pararse frente a él, ellos le repitieron el mensaje que Jesús les había dado: “El maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos?” (Marcos 14:14).
VERSO CLAVE: Mi protección es Jesús.
Y veré la sangre y pasaré de vosotros. — Éxodo 12:13
Sin perder tiempo el hombre se volteó, señalandoles para que ellos le siguieran. Hicieron su camino por las calles y sendas hacia una casa grande donde le siguieron subiendo unos escalones. Allí el hombre los condujo a un aposento grande, todo arreglado y listo para usar.
Al atardecer, mientras se sentaban a comer la Cena de la Pascua, Jesús tomó pan y lo bendijo. Los doce discípulos escucharon reverentemente mientras Él oraba. Cuando Él terminó Su oración, Él empezó a partir el pan en pedazos y a pasarlo a los discípulos diciendo: “Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.” (1 Corintios 11:24). Mientras comían, Jesús tomó una copa, y después que dio las gracias y bebió, les dio diciendo: “Bebed de ella todos; porque esta es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión [perdón] de los pecados. Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.”
Jesús moriría el día siguiente por nuestros peca-dos. Ya no sería necesario ofrecer sacrificios por los pecados. No habría necesidad de guardar la fiesta de la pascua, desde que Jesús cumplió esa promesa. Su sangre se derramaría por los pecados de las personas de todas las generaciones.
Cuando conmemoramos la Cena del Señor, no estamos celebrando la Pascua. Celebramos la Cena del Señor en memoria del Cuerpo de Jesús que fue quebrantado y Su Sangre que fue derramada por nuestros pecados. Sin el derramamiento de la Sangre de Jesús no habría oportunidad para perdón de nuestros pecados.
La Biblia nos dice que cuando participemos en la Cena del Señor [Comunión], necesitamos examinar nuestro corazón y estar seguros de no tomarla indignamente. Debemos asegurarnos de no tener malos sentimientos hacia otras personas; y que nuestros pecados están perdonados.
La Biblia dice: “El que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para si.” La Cena del Señor es una conmemoración importante para todos los cristianos. No debe tomarse sin seriedad.
La Biblia también nos dice que todas las veces que comamos del pan y bebamos de la copa, la muerte del Señor anunciamos hasta que Él venga. La pascua era una fiesta de los judíos recordando la liberación de sus antepasados de la tierra de Egipto. La Cena del Señor es el recuerdo a los cristianos de la muerte del Señor hasta su segunda venida para llevarnos al Cielo.
ACTIVIDAD DE LECCIÓN: ¡Ésto es Importante!