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Lo que es Verdaderamente Importante

Currículo
Respuesta para Estudiantes
150
TEXTO: Mateo 6:19-21; Lucas 12:13-21

Alicia estaba emocionada de que finalmente había ahorrado suficiente dinero para una bicicleta nueva, pero los eventos que acontecieron le ayudaron a darse cuenta de lo que es verdaderamente importante.

“CIENTO SESENTA Y OCHO, sesenta y nueve, y ¡setenta!” Exclamó triunfante. Alicia puso el último billete sobre el rimero de billetes delante de ella. “Finalmente ¡tengo suficiente, Papá!”
Su papá sonrió. “Te has esmerado mucho para ahorrar dinero para esa bicicleta, Alicia. Mañana, cuando salgas de la escuela, te recogeré y nos iremos directo a la tienda de bicicletas.”
Durante las siguientes semanas, Alicia pasó cada minuto libre montada en su bicicleta nueva de diez velocidades. Todos esos meses de ahorrar su mesada, tomando cada trabajo de niñera que se le presentaba, y haciendo  tareas casuales para los vecinos finalmente había valido la pena. Ahora ella tenía su bicicleta y ¡la apreciaba mucho!
Pero exactamente dos meses después de que había comprado la bicicleta todo su disfrute llegó a un fin.
La bicicleta desapareció.
Durante la noche, alguien había cortado la cadena que mantenía la bicicleta asegurada a la barandilla del portal, y cuando Alicia salió en la mañana, la bicicleta había desaparecido. ¡No lo podía creer! Reportaron el robo a la policía, y luego Alicia y su papá se pasaron la tarde recorriendo las calles de un lado a otro, pero no la encontraron.

VERSO CLAVE: “Mis tesoros están en el Cielo.”
Sino haceos tesoros en el cielo. — Mateo 6:20

“Buscaremos un poco más el lunes, Cariño.” Dijo finalmente el papá de Alicia. “Quizá el quien se la llevó se habrá divertido un rato y la habrá dejado en alguna parte.”
Al principio parecía que la búsqueda el lunes también iba a ser sin buen resultado. Pero de repente, se dirigieron al sur en la calle que habían recorrido el sábado, Alicia se dio cuento de algo.
“Podría ser . . . ¡sí, pienso que es esa, Papá!” Alicia señaló hacia el patio de un edificio de ladrillos viejo. Su papá dirigió el vehículo hacía ese sitio. Un minuto después Alicia estaba de pie mirando lo que quedaba de la nueva y brillante bicicleta que ella había comprado, ahora se encontraba arruinada en un montón de guardabarros torcidos, manillares torcidas y llantas desinfladas. Incluso el asiento lo habían cortado en pedazos.
Le invadió una sensación de angustia. ¿Quién en el mundo habría arruinado su hermosa bicicleta así? ¡Y todo el esfuerzo que había realizado para conseguirla!
Poco tiempo después, el papá de Alicia llevó la bicicleta destrozada a su taller del sótano. “Realmente es una lastima, Alicia.” Dijo su papá cuando empezó a enderezar el marco torcido. “Trabajaste mucho y duro para ahorrar lo suficiente para comprar tu bicicleta.”
“Sí, y después de sólo dos meses, ¡pasa esto!” Alicia estaba de acuerdo, notándose frustración en su voz. Rápidamente ella se volteó para esconder las lágrimas que empezaban a salir de sus ojos.
En la primera planta de la casa, Alicia notó el periódico de la mañana sobre la mesa de la sala; Aun estaba abierto al artículo que mencionaba la muerte del Sr. Ortiz. Años antes, el papá de Alicia había trabajado para este hombre quien había dejado una fortuna en obras de arte y otras inversiones. Ella recordó las palabras que su papá dijo en la mesa cuando comían el desayuno esa mañana.
“Gerardo Ortiz trabajaba muy duro para obtener las cosas de esta vida, casas impresionantes, los mejores automóviles, colecciones de arte fabulosas. Más de una vez oí que sus amigos le decían que se detuvieron un poco, que al final no podría llevarse estas cosas con él. Ahora él está muerto, y todos sus tesoros se quedaron atrás. Me pregunto: ¿Qué tan importante pueden parecer esas cosas en la eternidad?”
Mamá y Papá habían continuado hablando de las prioridades, que tan importante es, incluso cuando se es joven, tomar tiempo para asistir a la iglesia y las cosas de Dios. Entonces podemos estar seguros que nuestros tesoros más valiosos estarán en el Cielo.
Sentada en el sofá, Alicia escuchó los sonidos apagados que venían del taller en el sótano. ¿Podría su bicicleta lucir nuevamente como el tesoro que había sido cuando la compró? Sus ojos volvieron hacia la mesa y al artículo en el periódico. ¿Había significado su bicicleta un tesoro para ella?
Alicia se quedó sentaba allí por mucho tiempo, sumergida en sus pensamientos. Por fin bajó despaciosamente hacia el sótano.
“Papá, he estado pensando sobre el señor Ortiz, y mi bicicleta, y mis prioridades, y los tesoros del Cielo . . . ”
Su papá dejó salir una pequeña sonrisa. “Eso es mucho en que pensar, Cariño.”
“Aun me siento mal por mi bicicleta, Papá.” Dijo Alicia devolviendo la sonrisa. “Pero al final de todo, ¡no me la puedo llevar conmigo cuando yo me muera!”

ACTIVIDAD DE LECCIÓN: ¿Cuál es tu Valor?