HUGO RECLINÓ SU CABEZA HACIA ATRÁS, cerró sus ojos, y trató de descansar. El avión había esta-do en el aire sólo unos minutos, pero Hugo ya es-taba extrañando a sus amigos y a su familia que él había despedido. Había sido una vacación maravillosa, y ahora se dirigía a casa.
Todos en casa estarían esperando que él regresara alocado como siempre lo había sido, pero ellos quedarían sorprendidos. ¡Y su mamá y su papá—estarían emocionados! Estas vacaciones en la casa de sus abuelos habían sido realmente diferentes—Hugo le había dado su corazón y su vida a Jesús.
Al principio de sus vacaciones él realmente no había anticipado este cambio en su vida. Él sólo había estado contento por el descanso de la escuela en la primavera. Él iba a divertirse con sus primos que no había visto hace un par de años. Pero el retiro de su iglesia por cuatro días había cambiado su vida al igual que la de varios otros jóvenes.
Hugo abrió sus ojos y pasó su mano sobre el forro de la Biblia nueva que él tenía sobre sus rodillas. Era un regalo de todos sus nuevos amigos que habían orado con él cuando él llegó a ser un cristiano. Él la abrió y empezó a hojear las páginas. Tantas páginas y tantas palabras. ¿Dónde empiezo? Pensó Hugo. Él paró de hojear cuando vio el nombre de Isaías. Ese era el libro de la Biblia que su abuela había mencionado cuando leyeron la Biblia juntos esa mañana. Recorrió con la vista algunos versos y se detuvo cuando llegó a las palabras: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera.” Paz perfecta—¡Wow! Oh, ¿será posible tal cosa? Debe serlo si estaba escrito en la Biblia, pensó Hugo.
VERSO CLAVE: Dios es primero en mi mente.
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera. — Isaías 26:3
Al continuar leyendo, Hugo se dio cuenta que el hombre que estaba sentado a su lado observaba la Biblia de reojo. El primer pensamiento de Hugo fue que el hombre le gustaría oír lo que Jesús había hecho por él. Pero luego pensó que mejor debería ser cuidadoso, porque él no quería que nadie pensara que él era un fanático religioso.
¡Espera un minuto! ¿Qué fue eso lo que su abuelo le había dicho antes de subir al avión? “Hugo, Dios te ha dado algo muy precioso. No permitas que el diablo te lo robe. Él tratará de hacerte dudar sobre lo que Jesús te ha dado. Él te dirá que vas a tener momentos difíciles como cristiano, y que la gente no te querrá. Pero sólo recuerda, el diablo es un mentiroso. Él sólo quiere verte en el Infierno. Si oras y lees la Palabra de Dios, Jesús siempre estará ahí para ayudarte. Su abuela le había entregado un pedazo de papel. Y en el tenía escrito varias referencias de las Sagradas Escrituras. Hugo decidió buscar algunos de esos versos ahora.
El primer verso estaba en Filipenses. Él miró el índice para ver dónde podía encontrar ese libro. Cuando lo encontró, buscó el capítulo cuatro, versos ocho y nueve. Leyó los versos, y de nuevo encontró una cita acerca de la paz, el Dios de paz. Parece que esta paz la cual fue prometida estaba condicionada a que sus pensamientos estuvieran puestos en las cosas de Dios. El verso 8 dice que meditemos en las cosas que son verdaderas, honestas, justas, puras, amables, de buen reporte, cosas que son correctas.
Mientras pensaba en estos versos, Hugo vio que el hombre que estaba sentado a su lado todavía estaba echandole un vistazo a su Biblia. Él decidió que esta era una buena oportunidad para darle su testimonio a alguien. El diablo sólo estaba tratando de detenerlo. Bueno, el abuelo dijo que el diablo es un mentiroso, Hugo pensó, así que voy a decir lo que he escuchado a otros cristianos decir: “¡Apártate de mi Satanás!” El diablo no va a apoderarse de mi mente, pensó Hugo. Voy a traerle honor a Dios dondequiera que vea una oportunidad.
Él se volvió al hombre y le dijo: “Usted parece interesado en mi Biblia nueva. ¿Le gustaría escuchar cómo la obtuve? Bueno, encontré un amigo nuevo y maravilloso que cambió mi mente y corazón . . .”
ACTIVIDAD DE LECCIÓN: ¡Lo que Cuenta es el Pensamiento!