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Alcanzando la Meta

Currículo
Respuesta para Estudiantes
103
TEXTO: 2 Timoteo 4:1-8; Apocalipsis 3:11

¡Hay una carrera en la cual todos pueden ganar!

UN DOLOR SEVERO se acumulaba en cada músculo. Antonio lo ignoró. Él podía ver la cinta extendida a través de la línea final a sólo algunos cien metros de distancia.
Cada fibra de su cuerpo se esforzaba hacia delante. El sudor lo mojaba. Oyó a alguien alcanzándolo por detrás. ¿Cómo era posible? Él había estado adelante en toda la carrera.
Sin sentirlo cada pie se adelantaba uno enfrente del otro. Ordenó a su cuerpo que diera más velocidad. Si sólo pudiera utilizar esa reserva final de energía. Pero no parecía estar allí hoy día.
El otro corredor se acercaba rápido. La determinación vino sobre Antonio. No se daría por vencido ahora. No dejaría que otra persona se le adelantara.

VERSO CLAVE: Queremos terminar la carrera de Dios.
Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. — Marcos 13:13

Se animó a correr más fuerte. Un fluido de adrenalina surgió a través de él mientras el otro corredor se acercaba. Codo a codo corrían ahora. Sólo faltaban 30 yardas (27 metros) por correr.
La derrota no podría ser de él. Antonio había entrenado para este momento de victoria todo el año. Él había entrenado en el calor sofocante y en el frío helado. Practicó muchas millas y kilómetros cada día. Este maratón había sido su meta desde el verano pasado.
Mientras dio su última gota de fuerza, el otro corredor rompió la cinta delante de él. El último momento hizo la diferencia. Él sabor de la derrota era amarga en la boca de Antonio mientras brazos levantaban al ganador y lo llevaban sobre los hombros de la multitud animada. Antonio se acostó en la hierba a un lado y jaló su camiseta sobre su cabeza. Su respiración era fuerte. Pero aún mientras él se limpiaba su rostro y se peinaba el pelo de su frente, una pregunta se formaba en su mente. ¿Quién era ese corredor, el ganador del maratón? Notó al chico en un gran grupo por el reloj registrador.
Antonio se acercó al grupo, y tocó los hombros del otro corredor. A pesar de la decepción que aun estaba sobre él, él extendió su mano. “Hola, yo soy Antonio Juárez, y sólo quería decirte que esa fue una buena carrera.”
Su mano fue aceptada. “Tú eres el chico que vino segundos después de mí ¿verdad? Yo soy Joaquín Avilla. Déjame decirte, yo que tuve que dar todo para conseguir un paso adelante de ti. Estuviste al frente en toda la carrera.”
Mientras la multitud se acercaba a su alrededor, Antonio y Joaquín se detuvieron por unos minutos discutiendo sus entrenamientos y algunas carreras en las que habían corrido. “Es decepcionante esforzarte en una carrera y al final no ganar.” Dijo Joaquín. “Sí, eso me ha pasado a mí también.”
Antonio hizo un gesto en acuerdo: “Que lastima que no haya algún tipo de carrera en la cual todo el que realmente dio lo mejor podría ganar, ¿no es así?
* * * * *
La Biblia nos dice que todo cristiano verdadero está en una carrera espiritual. Pero es diferente a las carreras que corremos aquí en la tierra. En esta carrera, ¡todo el que termina es un ganador!
Antonio había entrenado duro para ser un ganador en el maratón que él corrió. Y se tomará algún esfuerzo para “ganar” en la carrera espiritual también. No correrás largos kilómetros para ponerte en forma para esta carrera, pero tendrás que pasar tiempo leyendo tu Biblia, orando, manteniéndote cerca de Dios, e intentando cada día vivir en una manera que Le agrade.
Leemos en la palabra de Dios “despojémonos de todo peso” para correr la carrera que se nos pone por delante. Esto significa que debemos estar dispuestos a dejar cosas que nos retrasarían espiritualmente. ¿Estás listo para hacer lo que puedas para ganar la carrera?
La llave para ganar en esa carrera es la perseverancia. Lo que fuera que viniera en nuestro camino, sea malo o bueno, no dejemos que nos desanime de perseverar. Él final es lo que cuenta en cualquier carrera, pero todo el que cruce la línea final en el Cielo es un ganador.

ACTIVIDAD DE LECCIÓN: Corre la Carrera