“Mírenlo de este modo.” Dijo el pastor Carlos, sosteniendo en su mano un globo inflado. “Si lo único que los cristianos deberían hacer en esta tierra es adorar, entonces, ¿por qué nos mantendría Dios aquí? ¿No podríamos adorarle mejor si estuviéramos con Él ahora en el Cielo? Quizá sí, pero adorar no es la única razón por la que estamos aquí.”
Él miró a los jóvenes sentados en un círculo a su alrededor. “De acuerdo a Jesús, adorar no es el único propósito que tenemos aquí en la tierra. Tenemos que alcanzar a los demás con las buenas noticias que Jesús vive, y que todo el que crea en Él será salvo. Al fin del ministerio de Jesús sobre la tierra, Él les dio una comisión importante a Sus discípulos: ‘Id por todo el mundo, y predicad el evangelio a toda criatura.’ Esa Gran Comisión todavía se aplica hoy en día a los cristianos.”
Hubo un momento de silencio. Luego Andrea habló: “¿Pastor Carlos, todos sabemos ese verso, pero está seguro de que se aplica a mí? No hay manera de que yo pueda ir por todo el mundo en este periodo de mi vida. ¡Mejor primero debo concentrarme en terminar el octavo grado! ”
Raúl comió un pedazo de dona, luego aportó su opinión: “¡Yo sólo tengo suficiente dinero para ir a sólo 20 millas (12.5 kilómetros) de aquí . . . y eso es en una dirección solamente! ¡Eso no es lo suficientemente lejos para hacer impacto del Evangelio en todo el mundo! Creo que tendré que mantenerme sin participar, ¨¡por lo menos hasta que consiga un aumento más en mi mesada!”
El pastor Carlos se sonrió. “Lo siento, Raúl. Esa excusa no funcionará. El Nuevo Testamento no apoya la idea de que un cristiano no quiera estar involucrado en alcanzar a los demás.” Miró al grupo una vez más. “Mi meta para cada uno de ustedes es que estén activamente involucrados en las vidas de los que no son creyentes—no en el sentido de ser influenciados por ellos, pero en tener un impacto positivo en las vidas de ellos. Aquí está mi desafío para ustedes esta semana. Quiero que todos vengan el próximo miércoles en la noche con por lo menos tres ideas para alcanzar a los demás. Deben ser ideas que puedan ser puestas en acción por jóvenes de su edad.”
VERSO CLAVE: Es nuestro deber decirles a los demás acerca de Jesús.
Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. — Marcos 16:15
El miércoles siguiente, los jóvenes se acomodaron en sus asientos una vez más. “Esto no fue exactamente una tarea fácil.” Dijo Andrea. “Tuve que pensar mucho para salir con algo.”
Simón ofreció su idea. “Hay muchas cosas que las personas mayores pueden hacer para predicar el Evangelio. Pero nosotros no tenemos carros ni dinero. A mí me fue como Andrea. Fue difícil pensar en cosas que los jóvenes puedan hacer.”
“Estás en lo correcto. El no tener carros y dinero te limita en algunas formas. Pero ¡tú sí tienes entusiasmo!” Respondió el pastor Carlos. “¡Mucha energía y tiempo también! Escuchemos lo que idearon. Por qué no empezamos de este lado de la clase, y cada uno de ustedes compartan una idea de las que pensaron. Sandra, ¿podrías tomar notas? No queremos olvidar nada.”
Una hora más tarde, cada idea había sido discutida y Sandra había compilado una lista larga en su cuaderno de escribir. Aquí hay algunas sugerencias de las que ellos dieron.
• Escribe tu testimonio para una tarea de escritura creativa en la escuela.
Dar una función de un drama Bíblico. Anunciarla en el periódico, e invitar a las personas en tu comunidad a asistir. Algunos en su grupo pueden diseñar anuncios o carteles para anunciar el evento.
Consigue un amigo o amiga a través de la correspondencia que viva en un país extranjero. Después de relacionarte por carta, puedes tener la oportunidad de decirle acerca de tu relación con Cristo.
Has que tu familia participe en una campaña de “dinero para Biblias.” Haz que todos prometan poner un centavo en una alcancía por cada capítulo que lean de la Biblia. Observa cuánto tiempo te toma para ahorrar suficiente dinero para enviar una Biblia a algún país extranjero.
Arregla un puesto de “café gratis” enfrente de tu iglesia para dárselos a los que conducen al trabajo todos los días. Distribuye porciones de la Escritura junto con el café.
Organiza un viaje para tu grupo de jóvenes o de la Escuela Dominical a un asilo de ancianos en la vecindad. Canten himnos de la iglesia, distribuyan porciones de la Escritura en letras grandes, y tomen tiempo para visitar a los viejitos. (Algunos de los miembros con talentos más artísticos pueden escribir cartas y decorar los versos).
Pregúntale a tu maestro de la Escuela Dominical o líder de jóvenes si tu grupo de jóvenes puede diseñar su propia carta personal, escrita a mano, dándole la bienvenida a los visitantes. Asegúrate que alguien anote el nombre y la dirección de cada visitante nuevo, y que se les envíe la carta de bienvenidas, invitándolos a que regresen.
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Es fácil pensar que porque eres joven no hay mucho que puedes hacer para esparcir el Evangelio en todo el mundo. Sin embargo, la lista de arriba muestra que hay varias cosas que la juventud puede hacer. ¿Qué ideas traerías si tu maestro o líder de jóvenes te desafiara por más ideas.
ACTIVIDAD DE LECCIÓN: ¿Lo Necesito?