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¿Qué Dirección?

Currículo
Respuesta para Estudiantes
95
TEXTO: Salmo 38:1-18; Hechos 24:24-27

Nuestro destino eterno es determinado por el camino que decidimos ir.

LAS PASADAS dos semanas en una isla tropical habían sido una gran vacación, sin embargo, ahora ya se habían terminado. Cuando David subió al barco, él decidió explorar un poco, empezando con la cabina que sería su hogar por los próximos diez días. Se estiró en la cama por un momento... ¡no está mal! Desempacó algunas de sus cosas en el pequeño guardarropa, colocó su maleta debajo de la cama, y luego se dirigió a la plataforma del barco.
El movimiento del barco era suave, y el sonido de los motores proveía un leve acompañamiento a la actividad en el barco mientras los pasajeros se acomodaban. El clima era perfecto, sólo un poco de brisa, suficiente para alejar el calor del sol. La isla había desaparecido, pero unas pocas nubes blancas aparecieron en el horizonte.
Después del almuerzo en el comedor del barco, David fue a mirar por la plataforma del barco una vez más. Mientras miraba el océano, de repente tuvo un sentimiento extraño de que algo andaba mal. Él pensó que su sentido de dirección era bueno, pero parecía que se dirigían al sur en vez del norte. Claro que, en medio del mar el sentido de dirección es a menudo confuso, pero... el sol de la tarde estaba sobre la proa del estribor. Oh no, seguro que era imposible. El capitán sabría en qué dirección iban. Todos aquellos instrumentos de navegación, las cartas de navegación, los mapas, no podrían estar equivocados. La única manera que podía estar equivocado es si él estaba subido en el barco equivocado. Y eso no pudo haber pasado. ¿O si pudo?

VERSO CLAVE: Jesús es el camino correcto.
Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos. — Isaías 55:7

Ese pensamiento terrible paralizó a David por un instante. Luego dejó la plataforma del barco corriendo, rumbo a su cabina. ¿Dónde estaba ese boleto? Sacando de un tirón su maleta de debajo de la cama, apresuradamente la abrió. ¡Allí estaba! En el bolsillo trasero. Lo sacó, miró el nombre. Momentos más tarde estaba corriendo hacia la cabina del capitán con el boleto en mano. Y lo que él temía era verdad. ¡Él estaba en un barco yendo hacia el sur en vez del norte! ¿Por qué, o por qué? No había visto el nombre del barco antes de subirse ¿Por qué confío en el camarero que le había permitido subir al barco equivocado?
* * * * *
Obviamente, esta historia no es verdadera. La posibilidad de subirse a un barco equivocado bajo estas circunstancias serían pocas. Pero hagamos algunas consideraciones.
David está en un problema. Pero él ya ha dado el primer paso hacia una solución, él se ha dado cuenta que él está en un problema. Si nunca se hubiera dado cuenta del hecho que él se dirigía en la dirección equivocada, ¡a su tiempo hubiera llegado a un destino totalmente diferente del que pensaba que se estaba aproximando! ¡ Que desastre!
Comparemos la situación de David a nuestras vidas espirituales. El mar en nuestra historia puede representar el mar de la vida. El barco equivocado, yendo al lugar equivocado, es el Pecado, y su destino final es un Infierno eterno. Queremos llegar al Cielo, pero el barco del Pecado no nos llevará allí. ¡Está yendo en el camino opuesto!
El barco del Pecado puede ser muy cómodo. Pueda que ni siquiera se te ocurra que hay algo malo viajando en él. La Biblia nos dice: “Hay camino que al hombre le aparece derecho; pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12).
Lo mejor, claro, sería empezar en el barco correcto en primer lugar. Pero la Biblia dice que todos han pecado. Cada uno de nosotros empieza en el barco del Pecado.
Pero Dios ha provisto un camino para salir de este problema. Nos podemos bajar del barco del Pecado y entrar al barco correcto, llamado Salvación, y dirigirnos en la dirección correcta. Sin embargo, debemos comprar el boleto correcto. De la única forma que podemos entrar en el barco llamado la Salvación es con un boleto marcado “Arrepentimiento.” Arrepentirse significa estar honestamente dolidos por los pecados en nuestras vidas. Junto con esto viene una voluntad, y una determinación de voltearse de todas esas cosas que sabemos que son malas, y nunca hacerlas otra vez.
¿Has usado ese boleto marcado arrepentimiento, y has abordado el barco de la Salvación?
¿O estás todavía dirigiéndote en la dirección incorrecta?

ACTIVIDAD DE LECCIÓN: Estás en el Barco Correcto?