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Usado por Dios

Currículo
Respuesta para Estudiantes
101
TEXTO: Hechos 6:1-6; 8:5-8, 26-40

¿Te gustaría ser otro Jorge?

PERMÍTEME CONTARTE sobre mi amigo, Jorge.
Jorge pasó su niñez viviendo en un pueblo dónde se minaba el carbón. Él pasó su tiempo vagando al aire libre, pero su madre cristiana y sus abuelos cristianos le enseñaron acerca de Dios. Cada mañana y noche la Biblia era leída en su casa, y todos se arrodillaban y oraban. Jorge aprendió que debía orarle a Dios para que lo salvara.
Un día la familia de Jorge le dijo que irían en un viaje de 300 millas (187.5 kilómetros) a Portland, Oregon. ¡Iban a un campamento de la Iglesia Fe Apostólica!
¡Que emocionado se sentía Jorge! Cuando llegaron al campamento, lo que notó particularmente fue qué feliz todos estaban. ¡Él quería tener lo que ellos tenían! Él oró para que Dios lo salvara también, y Dios contestó esa oración.
Él continuó orando al Señor y fue santificado y luego bautizado con el Espíritu Santo y con fuego. En la iglesia, él notó que alguien necesitaba ayuda para recoger los himnarios después de los servicios. No era una obra muy extravagante, pero él lo hizo.
Jorge había aprendido que debía leer su Biblia y orar todos los días. Ambas eran necesarias para ayudarlo a crecer como un cristiano. Su mamá le dio una Biblia y algunos libros de historia de la Biblia, y cada noche él leía algunos capítulos o páginas en cada uno.

VERSO CLAVE: ¡Jesús ama a todos!
Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído. — Hechos 22:15

Dios mantuvo a Jorge firme, aún cuando no tenía amigos cristianos en la escuela. Algunas veces sus compañeros lo molestaban. Una de las maestras se burló de él, dejando que todos supieran que ella pensaba que era tonto ser un cristiano, pero Jesús fue un amigo fiel de Jorge. No permitió que se entristeciera.
Él aprendió a tocar un instrumento musical. No solamente un poquito para tocar lo mínimo, sino para tocar muy bien. Eso significó dejar algunas cosas divertidas para ensayar. Por su puesto, tú sabes lo que pasó—le pidieron que tocara en la orquesta de la iglesia. Su voz se desarrolló en una de esas de “tonos profundos” o voces bajas. Pronto estaba cantando en el coro, y luego en un cuarteto masculino.
Él hizo cosas para ayudar a los demás también. Así es cómo aprendí a conocer a Jorge. Él me dio lecciones de música. Descubrió que hacer cosas para los demás y ayudar en la obra de Dios lo hacía sentir muy bien en su interior. Y él ayudó a los demás, a niños como yo, a aprender eso también.
Ahora no pienses que los trabajos grandes llegaron rápido y se le hicieron fáciles a Jorge. Eso no fue así. Pero después de años tocando en la orquesta, finalmente le pidieron que la dirigiera. Eso fue un gran honor, pero también significó más trabajo, más responsabilidad, y menos tiempo libre para él mismo. ¡Pero Jorge lo hizo!
No sólo eso, también tomó tiempo para orar y estudiar la Biblia hasta que todos supieron que él era una persona a la que podían ir con sus preguntas. Aún personas que él no conocía muy bien se dieron cuenta de esto. Una vez cuando él estuvo en el ejército, un soldado vino a su tienda después que todos los demás estaban dormidos. Despertó a Jorge y le dijo que no podía dormir, porque se estaba sintiendo culpable y triste por sus pecados. Ese soldado preocupado sabía que Jorge era un cristiano, y quería ser uno también. Jorge oró con él, y el soldado fue salvo.
Jorge se convirtió en un predicador. Pronto después de eso, él estuvo en un accidente terrible y ¡fue quemado casi hasta la muerte! Algunas personas se hubiesen dado por vencidas, pero Jorge continuó, aun con cicatrices terribles, con marcas en su cuello y manos. Más adelante se mudó a otra ciudad para ayudar en la iglesia allí.
¿Llegó a ser un pastor allí? No, nunca lo fue. Dios tenía algo más para él. Lo envío como misionero al África. Él vivió entre el pueblo africano, enseñándoles el Evangelio. Eso significó vivir sin las comodidades y conveniencias de una casa, cosas como agua potable, refrigeradora, o luces eléctricas. Pero muchas personas son salvas en el África hoy en día por la dedicación fiel de mi amigo, Jorge.
Un día, volando en un avión sobre el continente de África que él amaba tanto, Jorge tuvo un ataque cardiaco. Jorge dio todo lo que tuvo, su vida. El pueblo africano lo enterró en el país de África. Él era una persona estimada por ellos, como fue estimada por nosotros aquí en su país.
¿Te gustaría ser otro Jorge?
¿Qué se te interpone para serlo?

ACTIVIDAD DE LECCIÓN: Predica el Evangelio