AHÍ ESTABA . . . La lista que todos esperaban estaba impresa en la primera página de la Escuela Secundaria Jefferson. Cada año la clase que se graduaba ponía una lista de los estudiantes “con mayores posibilidades de tener éxito.” Este año la lista contenía seis nombres.
Jerry Galindo — Agente Comercial
Marialuisa Vega — Autora
Lucía Luna — Cantante
Daniel Tanino — Programador de Computadoras Eric Santos — Predicador
Precila Radford — Primera Mujer Presidente
¡No puedo creerlo! pensó Eric, escudriñando el articulo mientras salía del edificio de la escuela. Creo que tendré que esperar y ver esto. Al levantar la vista vio un Chevrolet azul al otro lado de la calle. “Oye, Jerry, espérame,” gritó mientras corría en dirección al auto de Jerry.
“Agente Comercial del año,” Eric se reía, “¿Qué tienes en tu portafolio hoy?”
“Bueno, Predicador, te diré . . .”dijo Jerry seriamente pero en forma de broma. Luego, con una gran sonrisa dijo: “Sube y te llevaré a casa.”
Al doblar la primera esquina Eric dijo: “Sé cómo llegaste a estar en la lista, pero realmente estoy sorprendido de que yo logré a ser incluido en esta lista.”
“¿Por qué?” preguntó Jerry. “Todos te quieren . . . bueno, casi todos,” dijo en broma. “Y tú vas a ser un predicador, ¿No es así? Quiero decir, eres cristiano.”
VERSO CLAVE: El verdadero éxito es hacer lo que Dios manda.
Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? — Mateo 16:26
“Cristiano sí, ¿predicador . . .? Bueno, eso depende de Dios. Ese es un llamado especial,” dijo Eric. “Sabes, esa lista de éxitos debería hacernos pensar. Quisiera saber ¿qué significa el éxito para algunas personas? Marialuisa es una gran escritora de historias cortas, composiciones y cosas así. Yo supongo que el éxito para ella será cuando publique su primer libro.”
“Sí, y para Lucía,” dijo Jerry, “será cuando tenga su primera grabación de éxito.”
“Y, ¿qué de Precila para presidente? Ella es muy buena en la política escolar, pero . . . bueno, al menos siempre podremos decir que la conocimos cuando . . .” Eric río. “¡Y tú! Tú puedes vender cualquier cosa a cualquier persona. No trates de vender la Torre Eiffel. ¡Eso ya se ha hecho!”
“No, pero sí venderé la Estatua de la Libertad de vuelta a Francia,” bromeó Jerry. “Dejaré que Daniel se ocupe de esas ventas via internet. Él tiene un cerebro tan inteligente como una computadora.”
“Sí, él es muy astuto, pero me dijo que cuando terminara las clases no quería hacer nada. Sus padres tienen un fondo para la universidad, pero dice que no quiere ir a la universidad. Cuando votábamos, me preguntó que significaba el éxito para mí. ¿Alguna vez te ha hablado de esto?” preguntó Eric.
“De hecho, él habló conmigo anoche,” contestó Jerry. “Parece que ahora que se está graduando, sus padres se están divorciando. Pienso que han estado planeándolo, pero querían que Daniel terminara antes la preparatoria de modo qué él no tuviera que estudiar y preocuparse al mismo tiempo.”
“Él supo anoche que su nombre estaba en la lista de éxitos y sólo se rió. Él dijo que su padre es considerado como un gran éxito. Él tiene una casa nueva, carro nuevo, una ‘familiaamorosa’, ¡pero mírale!”
Jerry continuó: “Yo sé que es difícil para Daniel, pero no puede dejar de vivir por causa de su padre. Así que le dije que se buscara otro modelo de éxito. Adivina a quién escogió.”
“¿A ti?” preguntó Eric.
“No,” contestó Jerry, “¡te escogió a ti Eric! Evidentemente cuando habló contigo hace unos días, le diste tu formula para el éxito. Después de nuestra conversación, Daniel se fue. Dijo que tenía algo importante que ‘computar’. Parecía como si finalmente hubiese tomado la decisión de hacer algo con respecto a lo que tu le habías dicho. De cualquier modo, ¿qué le dijiste?”
“Tan sólo fue algo que el entrenador Ortiz me dijo en una ocasión. Él estaba hablando de deportes y negocios, pero mi respuesta se dirigía hacia otra cosa, contestó Eric. “Él tenía cuatro pasos para el éxito.
“Primero: saber lo qué uno quiere. Yo quiero más que cualquier otra cosa, ser cristiano.”
“Segundo: saber por qué lo quieres. Al fin y al cabo, quiero hacer mi morada final en el Cielo.”
“Tercero: saber qué es lo que hará por ti. Dios prometió que si obedesco Su Palabra, tendre ‘buen éxito’. A través del ejemplo y la experiencia, sé que esto es verdad. Mira a mis padres. Mira la felicidad que ellos tienen. ¡Eso es éxito!”
“Cuarto: saber qué puedes hacer para lograrlo. Como acabo de decir, obedecer. La salvación y la obediencia son un equipo ganador. Una no funciona sin la otra.”
“Esta fórmula funcionará para los autores, cantantes, y aun para los agentes comerciales,” Eric continuó: “pero, en serio, si quieres buen éxito, Dios tiene que ser primero.”
“Oye, visitemos a Daniel para ver que tipo de ‘resultados’ está imprimiendo.”
ACTIVIDAD DE LECCIÓN: Dulce Éxito