TEXTO: Filipenses 3:7-15
VERSO CLAVE:
Así que hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. — Romanos 12:1
ESCRITURAS COMPLEMENTARIAS: 2 Reyes 18:5-7; Job 13:15; Salmo 37:37-40; 1 Corintios 2:9; 2 Timoteo 1:12
INTRODUCCIÓN
Pablo animó a los cristianos de Roma a presentar sus cuerpos “en sacrificio vivo.” Esta metáfora se refiere al traer un sacrificio al altar de Dios. La persona quien hacía un sacrificio seleccionaba el mejor del rebaño, uno sin mancha, llevándolo al altar y presentado allí como expiación por sus pecados. Nosotros, también, estamos incluidos en la exhortación de Pablo. Cuando Jesús, el Cordero de Dios, murió para quitar el pecado del mundo, Él hizo posible que los cristianos fueran sacrificios vivos al Señor. Nosotros debemos darnos al Señor completamente, en la misma manera como se daba el sacrificio completo sobre el altar—no se retenía ninguna parte para otro uso. El hombre entero—cuerpo, mente, y alma—se debe entregar a Dios. Cuando esto se haya hecho, podemos vivir una vida santa, una que es “agradable” a Dios (Hebreos 13:21), y podemos saber que nuestro futuro está en las manos de Dios.
PREGUNTA
- Al final del verso clave leemos: “. . . que es vuestro culto racional.” Después de leer la introducción de esta lección, ¿cómo se puede considerar este tipo de sacrificio completo “culto racional”?
- Repase las lecciones de este trimestre, y dé varias maneras en las cuales podemos glorificar a Dios en nuestro cuerpo y espíritu.
- Fragmentos de los comentarios de Adam Clarke con respecto a Filipenses 3:13-14 dan alguna clarificación: “Cualquier don, gracia, u honor que yo haya recibido de Jesucristo, los considero todos como cosas incompletas hasta que yo haya terminado mi recorrido, haya recibido esa corona, y tenga mi cuerpo resucitado a la imagen de Su cuerpo glorioso. La única ocupación de mi vida es olvidar aquellas cosas que están atrás y alcanzar aquellas cosas que están por delante. En otras palabras, mi conducta no es regulada ni influenciada por las de los demás. Si los demás piensan que tienen tiempo que perder o de rezagarse, yo no. El tiempo vuela. La eternidad está cerca y todo está a riesgo.” Dé un ejemplo del diario vivir (sea hipotético real) que pueda dar la impresión de que uno está viviendo por esta Escritura.
- En el verso 12 y 13 de nuestro texto, Pablo dice no lo ha “alcanzado,” significando que él no había llegado a la meta. Pero hay una buena fórmula en el verso 13 y 14 para ayudarnos a llegar a la meta. ¿Cuál es esa fórmula y qué tiene que ver esto con nuestro futuro?
- Una frase común en las iglesias cristianas es: “Yo iré donde Tú quieras que yo vaya. Yo diré lo que Tú quieras que yo diga. Y haré lo que Tú quieras que yo haga.” Mientras estas son palabras nobles de acción las cuales afectarán su futuro, ¿cuáles serían algunas de las indicaciones de que usted dijo lo que realmente quería decir?
- Muchas veces sentimos la emoción de un avivamiento y nos determinamos en nuestra mente que vamos a consagrar todo a Dios, incluyendo nuestro futuro. Pero Satanás está enterado de éstas buenas intenciones, y después que le haya dicho al Señor que su vida está totalmente sometida a Él, Satanás tratará de que cese y ser menos “exagerado” con relación a esto. Preste atención, Satanás sabe que un compromiso total con Cristo significa NINGUN compromiso con él, así que una guerra sucederá. Sin embargo, Jesús dijo: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33). ¿Hasta dónde alcanzarán los resultados si nos volvemos de nuestro compromiso de nuestro futuro con el Señor? Lea Salmo 106:15.
Concluyendo esta lección y este trimestre, es obvio que debemos decidir primero qué lugar ocupará Jesús en nuestras vidas. Jesús enseña que debemos amarlo más que a cualquiera o a cualquier cosa—ninguna otra relación puede compararse con nuestra relación con Él. Debemos estar dispuestos a decir de lo profundo de nuestro ser que Él tendrá la preeminencia sobre todo lo demás. Debemos de estar dispuestos a decir: “porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21). Esta es la única respuesta correcta que podemos darle a Dios por las cosas grandes que Él ha hecho por nosotros. No hay otra manera de ser santo que la de ser un instrumento apartado por Dios para cumplir con Sus propósitos en nuestro mundo. La santidad no es una actitud de “mejor que tú,” sino una buena voluntad de dejar que Dios lo aparte para Su obra. ¿Lo dejará? No sabemos lo que el futuro aguarda, pero podemos conocer al Uno quien tiene el futuro en sus manos.