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¡Aquellos Dientes Grandes y Filosos!

Currículo
Respuesta para Estudiantes
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TEXTO: Jonás 1, 2, 3

¡Antonio sólo puedo pensar en aquellos dientes grandes y filosos!

PRIMERO HABÍAN sido las marsopas (delfines) nadando en formación y comiendo pescado crudo de la mano de su entrenador. Luego las focas, balanceándose en un subibaja. Ahora, era la hora de presentar a ¡Naboo! la ballena asesina, la atracción principal del Parque Marino del Mundo Océano.
La ballena en realidad no hizo mucho, si piensasque saltar fuera del agua y empapar a todo el mundo a su alrededor con el agua que salpicaba no es mucho.
“Wow,” ¡gritó Antonio. “Imagínate que Jonás fue tragado por una ballena como esa!”
De repente estaba todo tranquilo alrededor de él. Julia se rió disimuladamente, José señaló a Antonio y se burló: ‘¿Jonás? ¡Estoy seguro!’ Muchos otros se rieron. Finalmente su maestra del séptimo grado, la Srta. Simms, habló y dijo. “Mira Anto otros se rieron. Finalmente su maestra del séptimo grado, la Srta. Simms, habló y dijo. “Mira Antonio,” ella dijo: “aun la gente religiosa entienden que la historia de Jonás en la Biblia es sólo un mito antiguo. ¿Viste los dientes grandes y filosos en la boca de la ballena? Ningún humano puede pasar por ellos, y mucho menos vivir dentro del animal por tres días.”
Al día siguiente, sábado, amaneció soleado y claro. Era un día perfecto para los planes que la clase de la Escuela Dominical que Antonio había hecho. Los planes eran visitar a los niños del proyecto de alojamiento e invitarlos a la Escuela Dominical. Esas visitas habían sido planeadas hace semanas, y a él se le había pedido ser el líder de uno de los grupos. A lo cual él estuvo de acuerdo y todos los arreglos se habían hecho.

VERSO CLAVE: Voy a obedecer a Jesús.
Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás diciendo: Levántate y ve a Nínive. — Jonás 3:1-2

Pero Antonio no fue. “Sólo un mito . . . Sólo un mito . . . Esto, se repetía en su mente.”
En cambio se fue a los muelles. Él vagaba alrededor de los botes de pesca y de vela, aunque no tenía en mente hacer nada en particular.
“Oye Antonio, ¿qué haces aquí?” una voz interrumpió sus pensamientos confusos.
Levantando la vista, Antonio vio a José, un chico de su clase, apoyándose sobre el borde de un bote de vela viejo.
“Nada” Antonio respondió. “¿Qué estas haciendo tú?”
“Voy a navegar en mi bote.”
“Oye, ¿puedo ir contigo?” pregunto Antonio. “Bueno, tú sabes que se requiere mucho dinero para mantener un bote como éste,” dijo José y miró su bote pequeño y viejo. “Pero por un dólar puedes venir.”
Antonio buscó en sus bolsillos y sacó un dólar. Unos minutos más tarde los chicos navegaban por la bahía. Los pensamientos de traer a los chi cos a la Escuela Dominical ahora estaban lejos de la mente de Antonio.
Ninguno de los chicos se dio cuenta de que el sol se había desaparecido detrás de las nubes. No fue hasta que un viento fuerte sopló que se dieron cuenta de que había una tormenta sobre ellos.
“¿De dónde vino esa tormenta?” gritó José, “Tú debes haberme traído mala suerte.”
Así cómo Jonás, Antonio pensó. ¡JONÁS!
José se agarró del mástil, mientras una ráfaga pesada empujó el bote de lado. Antonio trató de agarrarlo también, pero no pudo.
¡Esos dientes, esos dientes grandes y filosos! Relucían en la mente de Antonio, cuando una ola le golpeó y lo empujó bajo el agua. Sólo lo que pudo imaginarse era que un enorme pez con dientes afilados venía tras él.
“¡Esos dientes, esos dientes grandes y filosos!” Antonio luchaba por gritar. Con un esfuerzo el abrió los ojos, pero en una cama de hospital, no en el agua de la bahía. Su madre estaba a su lado llorando, pero su padre se inclinó a él y dijo: “Él está consciente. ¡Gracias a Dios!”
“¡Esos dientes!” Antonio gritó de nuevo.
“Cálmate hijo, estarás bien,” su padre le dijo. “¿De qué dientes estás hablando?”
“De los dientes grandes y filosos de la ballena que se tragó a Jonás,” Antonio respondió.
Su padre lucía confundido, pero respondió: “Hijo, probablemente no tenía dientes. La Biblia dice que Dios preparó un pez especial para que se tragara a Jonás, no era un pez común.”
Antonio pensó en su viaje fatal en el bote y en la visita al proyecto de alojamiento donde él debió haber estado. Dios había cuidado de Jonás y ahora lo había cuidado a él. ¿Dudas de la Palabra de Dios? ¡Nunca más! Y la próxima vez, el trabajo de Dios vendría primero.

ACTIVIDAD DE LECCIÓN: ¡No Seas Como Jonás!