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La Selección Correcta

Currículo
Respuesta para Estudiantes
189
TEXTO: Mateo 26:30-35, 69-75; Hechos 2:14-24, 41

Pedro necesitaba hacer la selección correcta.

“OYE, PEDRO . . . ¿Te gusta?”
Concentrado en sus pensamientos, Pedro apenas se había dado cuenta de la llegada de Marcos y Daniel. Ahora él le respondió a Marcos con una sonrisa. “¡Oye, es grandioso! Oigan chicos, lo hicieron muy bien si no gano la elección, no será su culpa.”
Daniel se rió: “Nosotros sólo hicimos el letrero. Tú inventaste el lema, ‘Escoge tú este día . . . A propósito, tú no tienes mucho tiempo para tu campaña. Aquí entre nosotros, entiendo que Teodoro Bisopi piensa que la fiesta que él dará te eliminará algunos que te apoyan. Tú sabes lo que se dice: ‘Combate el fuego con fuego.’ ¿Por qué no te sueltas un poco y les haces saber a tus amigos que a ti también te gusta pasar un buen rato, así como cualquier otro chico. “Pueda que tome más que un lema, una propaganda, y un letrero para ganar.”
“Él tiene razón,” Marcos siguió con la sugerencia. “Algunos de nosotros tenemos una idea, pero nos preguntamos si te gustaría o no. Los Galgos del Rock, el grupo que hará a la Escuela Edison muy famosa. Ellos están deseosos de tocar en una fiesta, si nosotros nos encargamos de los arreglos, principalmente de las bebidas.”
“Sí,” Daniel interrumpió: “Ellos saben exactamente cómo avivar una fiesta.”
Pedro se retiró de sus expresiones animadas, no queriendo responderles.
Marcos persistió: “Vamos Pedro, amigo. ¡Mezcla un poco de diversión con tu religión! Tenemos que hacer que te relajes un poco. ¿Qué dices? En realidad es tu decisión porque sería una fiesta de campaña. Nosotros pensamos que podríamos tenerla en casa de Raúl Ruíz, porque no tiene vecinos cercanos y sus padres están de vacaciones. Tus padres no lo sabrán, si eso es lo que te preocupa.”
Pedro miró su reloj: “Oye, voy a perder mi transporte a casa si no me voy. Tengo que irme. A cerca de la fiesta, lo pensaré. No crean que no sé cómo divertirme.”

VERSO CLAVE: Jesus es mi fuerza.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. — Filipenses 4:13

Esa noche Pedro no pudo concentrarse en su tarea de álgebra. Justo después de la cena, Timoteo Muños le había llamado para recordarle que el jueves en la noche era la reunión de los jóvenes en la iglesia. También era la noche de práctica de baloncesto en la escuela, y él no quería estar ausente. Después de todo, él esperaba algunos votos de esos chicos. Ahora él se sentía un poco intranquilo acerca de su respuesta a Timoteo, porque no quería que Timoteo supiera que él no iría y por qué. Él sólo dijo: “Oh, gracias Timoteo por recordarmelo.”
Hubo un tiempo cuando él no hubiese perdido ninguna de las actividades juveniles en la iglesia. Pero mirando atrás, pudo recordar que solamente había ido una vez desde que comenzaron las clases. Ese fue uno de los cambios de vida desde que comenzó a tener amigos nuevos, y él sabía que sus padres no aprobarían esos amigos. Quizás mi vida está muy limitada, él pensó. Liberarme un poco no le haría un mal a nadie. “Tienes que ser como los demás si vas a ganar” él se dijo a sí mismo, y sonrío. Aquí estoy, aún pensando en lemas. Qué dirían Daniel y Marcos si supieran que el lema de la elección le vino a su mente después de oír un sermón sobre Josué y su desafío a los hijos de Israel: “Escogeos hoy a quién sirváis . . . ” Pedro se movió impacientemente en la silla y finalmente se levantó. Debo acostarme porque no estoy estudiando mucho.
Llegó el día de las elecciones y Pedro despertó con los mismos pensamientos que lo habían mantenido despierto mucho tiempo después de que la fiesta ruidosa había terminado anoche, en realidad en la mañana. Aun Teodoro Bisopi su oponente principal había venido a “examinar la oposición” como él había dicho. Él había conocido un poco a Teodoro en los años de la escuela primaria, y lo había traído una vez a la Escuela Dominical. Así que Pedro se sintió avergonzado, anoche cuando Teodoro le dijo: “Tú me sorprendes. Yo creía que tú eras un cristiano. Conozco algunos chicos que van a tu iglesia y ellos no estarían aquí. ¡Y las bebidas. ¡Wow! No podía creer que te presentarías cuando oí qué clase de fiesta era.”
Pedro se sintió mal cuando recordó su respuesta chistosa: “Oye chico ¿crees que estoy muerto, sólo porque voy a la iglesia de vez en cuando?”
Él se vistió con un poco más de cuidado, recordando la asamblea en la escuela, y esperó salir de la puerta sin tener que discutir con sus padres. Hubieron demasiadas discusiones en semanas recientes, y él sabía que ellos estaban preocupados por él. Pero él tuvo que escoger su propio modo, ¿no es así?
Así lo hizo. Ganó las elecciones. La emoción y el sabor de la victoria fue bueno. Así que, ¿por qué se sentía mal? Él trató de ocultar su sentimiento, y podría haber sido exitoso si no hubiese sido por otro hombre llamado Pedro.
En el estudio del apóstol Pedro el domingo siguiente, fue mencionado en la clase que hay varias formas de negar a Cristo, además de decirlo, como Pedro lo hizo: “No conozco a ese hombre.” La clase decidió que nuestras acciones, palabras, pasatiempos, y nuestras asociaciones le dicen al mundo nuestra postura respecto a Jesucristo.
Pedro apenas supo lo que sucedió en la iglesia esa mañana, o de que se trataba el sermón. Lo único que él sabía de seguro era que repetidas veces en su mente decía: “Oh Señor perdóname, lo siento mucho.” Y en el servicio de oración Dios le perdonó y lo hizo una nueva persona.
“Y saben que, Papá y Mamá, hay algo más,” Pedro dijo ese día en la mesa del comedor. “Todos esos amigos que yo quería tanto impresionar e igualar, van a oír algo nuevo de mi. Les voy a decir que su nuevo presidente tiene un nuevo lema, ‘Yo he renacido, ustedes también pueden.’ ¡Cuando pregunten qué quiero decir, les diré, en realidad les diré!”

ACTIVIDAD DE LECCIÓN: ¡Un Cambio Verdadero!