Sí Mismo

TEXTO: Génesis 1:26-27; Romanos 8:9; 1 Corintios 6:19-20; 2 Corintios 6:14-18; Efesios 2:19-22

VERSO CLAVE:
¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? —1 Corintios 3:16

INTRODUCCIÓN

Jesús preguntó: “Porque ¿qué aprovecharía al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” (Mateo 16:26). Ésta pregunta define claramente el valor del alma del hombre en la estimación de Dios. Dios también dijo: “He aquí que todas las almas son mías” (Ezequiel 18:4). Dios ama las almas de los hombres tan grandemente que Él mandó a Su Hijo al mundo para proveer la salvación para todo aquel que en Él crea. Dios no quiere “que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” 2 Pedro 3:9

PREGUNTA

1. Nosotros hemos estado estudiando acerca de ser respetuosos hacia las cosas que son sagradas. En esta lección estaremos estudiando la relación entre Dios y la humanidad. ¿En qué manera o maneras califica el hombre como siendo sagrado?
2. Dios no mandó a Jesús al mundo para que muriera sólo por Sus amigos. “Mas Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros . . . Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida” (Romanos 5:8,10). Anote varios pecadores notables quienes fueron salvados por medio del Evangelio del Señor Jesucristo durante el tiempo del Nuevo Testamento. Anote varios quiénes han sido salvos en nuestros tiempos.
3. Algunas veces en nuestros empeños de servir a Dios nosotros somos desilusionados porque nuestros esfuerzos fracasan en el éxito que deseamos alcanzar. Nuestro propósito puede ser siempre tan alto y noble, pero el resultado final es muy corto con respecto a nuestras expectaciones. Pedro estaba completamente seguro en seguir siendo un discípulo fiel, aunque cualquier otro fracasara. Jesús supo de ante mano que Pedro lo negaría, aún así ¿cuál fue la actitud de Jesús hacía Pedro? Si nosotros estamos haciendo lo mejor que podemos para Él, ¿cuál es la actitud de Jesús hacia nosotros?
4. Cuando deseamos ser lo mejor para el Señor, es necesario mantener nuestro enfoque en Él. Doce espías fueron a la Tierra Prometida para ver qué tipo de tierra era. Todos estaban de acuerdo que era una tierra buena, y todo lo que Dios les había prometido. Aún así diez espías trajeron un informe desalentador: la gente de la tierra son gigantes, la ciudad tiene paredes muy altas, y es una tierra que “traga a sus moradores.” Aunque Josué y Caleb vieron todas estas cosas, mantuvieron su enfoque en Dios y en Sus promesas. Su advertencia: “Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová” (Números 14:9). ¿Cómo podemos mantener nuestro enfoque sobre Dios, así haciendo y siendo lo que Él quiere?
5. “Señor Jehová, ¿quién soy yo?” (2 Samuel 7:18) preguntó el rey David cuando el profeta le trajo la palabra de que el Señor prometió establecer su casa y su reino para siempre. El joven David había empezado en comienzos sencillos, y él parecía mantener una actitud de humildad durante el transcurso de su vida, aún después de convertirse en el rey de los hijos de Israel. ¿Cuáles son algunas de las otras evidencias que nosotros tenemos en las Escrituras que demuestran la humildad de David?” (Lea 1 Samuel 24:14 y Salmos 34:6; 40:17.) ¿Por qué es importante que mantengamos una actitud humilde ante Dios? Lea Santiago 4:6.
6. Mientras se construía el Templo de Salomón en Jerusalén, la intención era que “se magnificara por excelencia, para renombre y honra en todas las tierras” (1 Crónicas 22:5). La gente dio dinero voluntariamente para que la Casa de Dios fuera afamada por todo el mundo cómo el lugar donde el Espíritu de Dios moraba. Esta iba a ser la casa de sacrificio y de adoración para todos aquellos que venían de acuerdo a la Palabra de Dios. ¿De qué tipo de material está hecho el templo de Dios aquí en el mundo hoy en día?
7. El templo de Salomón fue dedicado y la gloria del Señor llenó la casa. “Ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre” (2 Crónicas 7:16). Y así mismo es hoy en día el templo de Dios. “Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es” (1 Corintios 3:17). ¿En qué formas podría el templo de Dios ser destruido en nuestro tiempo?