TEXTO: Proverbios 2:1-9
Héctor sabía que para su búsqueda personal del conocimiento había sólo una respuesta.
“VOY a devolver los temas que ustedes escribieron la semana pasada para comenzar nuestra unidad sobre, ‘¿Qué Significa el Éxito?’” La Sra. Adarris se paró del escritorio con un montón de papeles en sus manos. “Como recuerdan, teníamos que considerar a los hombres que han hecho contribuciones significativas en cualquier área intelectual, y luego responder a la pregunta. ’¿Dónde debo comenzar mi búsqueda sobre el conocimiento?’”
Héctor respiró profundamente y se quedo viendo a los libros que estaban frente a él sobre el escritorio. ¡Esta calificación era tan importante para él! Él realmente necesitaba sacar un puntaje alto si quería quedarse en la lista de honor. Él sabía que su papel sería diferente a los demás, pero a pesar de que él deseaba una calificación alta sólo había una respuesta que él podía escribir.
“Algunos de estos papeles tomaron un camino inusual,” comentó la Sra. Adarris, mientras se acer-caba al escritorio de él. Héctor se quejó entre sí mismo. ¡Ella de seguro estaba hablando acerca del suyo! Él estaba deseando que ella no le diera una mala nota debido a esto.
Mientras ella colocaba su papel sobre su pupitre. Héctor lo alcanzó de mala gana y doblo la página, donde sabía que estaría la calificación. Su corazón dio un sobresalto cuando vio todas las anotaciones en rojo de la Sra. Adarris. Rápidamente leyó los comentarios de la maestra, luego doblo de nuevo al principio de su papel para examinar el papel completo.
VERSO CLAVE: Dios tiene todas las respuestas.
El corazón entendido busca la sabiduría. — Proverbios 15:14
“¿Libros? ¿Filosofías? ¿Experiencia?” Él leyó todas las palabras sobre las cuales él había trabajado tan duro la semana pasada. “Muchos hombres famosos han encontrado lo que ellos piensan que es el conocimiento investigando estas áreas. En un sentido, mi búsqueda ha combinado estos tres.
“Mi búsqueda empezó con un libro, la Biblia. Es el mejor libro alguna vez conocido y escrito. Casi aprendí a leer en él. Mis padres me contaron de sus historias desde que yo era pequeño. Pero a través de los personajes y los eventos relatados allí, esas historias fueron grabados vívidamente en mi mente, eran más que cuentos.
“Desde el momento en que tenía la edad de pensar acerca de eso, mi filosofía sobre la buena manera de vivir estaba enfocada en las enseñanzas de Jesucristo. Acepté sus principios de lo bueno y de lo malo y trataba de vivir conforme a ellos, aunque no siempre tenía éxito en esto. Algunas veces me encontraba haciendo cosas que yo sabía que no eran correctas, y me sentía culpable por eso.
“Pero por fin llegó un momento en mi vida donde tuve una experiencia la cual abrió mis ojos al conocimiento verdadero. Yo admití que no tenía éxito en mis propias fuerzas de ser la persona que quería ser. Pedí perdón al Señor por las cosas malas que yo había hecho. Le pedí a Dios que tomara el control de mi vida. Él hizo un cambio instantáneo. En vez de las preguntas, la búsqueda, y la lucha que había sentido en mi interior, ahora sentía paz y seguridad.
“Las palabras de la Biblia llegaron a ser una realidad. Lo que había sido solamente principios filosóficos, llegaron a ser una forma natural de vivir. La experiencia de la salvación, o un nuevo nacimiento, me dio una nueva dirección en la vida. Ya no hice cosas que fueran contra lo que yo sabía que eran correctas. Por fin tenía esa fuerza para vivir de la manera que yo deseaba.
“Y así, mi búsqueda personal del conocimiento giraba alrededor de las palabras escritas en Proverbios 2:3-5: ‘Si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios.’”
Una vez más Héctor leyó las palabras que la Sra. Adarris había escrito al final de su papel y un suspiro de alivio escapó de sus labios.
”¡Calificación: 100% ¡Buen trabajo! Héctor. ¡Apégate a tus creencias!”
ACTIVIDAD DE LECCIÓN: ¿Qué Sabes?