LA LUZ DEL SOL entraba a través de la mesa donde estaban dos maestras de la Escuela Dominical terminando su almuerzo. Estaban progresando su discusión acerca de sus clases de las adolescentes.
“Ana, tú has estado enseñando por mucho tiempo. Yo he querido hablarte de mis chicas. ¿Cómo es distinta la respuesta de algunos niños en las lecciones? Desde que comencé a enseñar unos meses atrás me sentí muy bien con mis chicas. Ellas son chicas buenas y las amo a todas, pero algunas se les hace difícil entender que Jesús puede, y quiere resolver cada necesidad.
“De mis cuatro estudiantas,” continuó diciendo, “solamente una de ellas se ilumina cuando comenzamos la clase.” Es tan fácil ver su interés. Pero las otras . . . No sé. Debe haber algo que les gusta de la Escuela Dominical de lo contrario no asistirían. Deseo saber, si estoy captando su atención cuando les quiero dar a entender que Jesús es la respuesta a todos nuestros problemas, y es un amigo que nunca falla.
“Por ejemplo, Judith deja que las lecciones le entren por un oído y que le salgan por otro. Ella no puede entender que Jesús realmente murió por ella, de la misma manera que lo hizo por los otros.
“Gloria fue atraída rápidamente por el Evangelio y recibió al Señor con mucha alegría. Pero ya hace algunas semanas que la he visto cambiar de nuevo. Ella ha recibido rechazos en la escuela y se está preguntando el por qué los cristianos no pueden hacer algunas de las cosas que disfrutaba anteriormente. Ha olvidado cómo los deseos por estas cosas han sido alejados. Ella tenía una actitud tan alegre al principio. Duele ver el cambio en ella.”
VERSO CLAVE: Jesús es mi mejor amigo.
Creced en al gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. — 2 Pedro 3:18
“Luego está Carla. ¡Que chica! Ella siempre está irritada. He tratado de enseñarle que cuando ella le dio su vida al Señor, Él prometió proveerle las cosas que ella en realidad necesita, y que puede llevarle todas sus preocupaciones y ansiedades a Él. Sin embargo, semana tras semana ella siempre encuentra nuevos problemas. Por ejemplo: 'Necesito un vestido nuevo. ¿Cómo podré conseguirlo? Mi familia espera demasiado de mí . . . Necesito que me den más dinero . . .' ¡Cada semana es algo nuevo!
“Jacinta es mi cuarta estudianta, y es un placer tenerla en clase. Ella parece que llega al punto de las lecciones y entiende lo que es el Evangelio. Es fácil ver su amor sincero por Cristo, y siempre está dispuesta a dar una mano. Realmente he visto su crecimiento espiritual en estos pocos meses que ha estado en mi clase.”
Ana sonrió. “Linda, de seguro que tu clase pare-ce un buen ejemplo de las lecciones que Jesús enseñó del sembrador y la semilla. Vamos a decir que tú eres el sembrador de la semilla. La semilla, desde luego, es la Palabra de Dios.
“Judith parece como el oídor del camino. Algunas semillas cayeron en un lugar duro donde el arador no había removido la tierra. Como descuidada y oídora desatenta, encontrará que Satanás le quita rápidamente lo que ella oye.
“El corazón de Gloria se puede comparar con la tierra pedregosa, una superficie delgada de tierra con rocas al fondo. La semilla no puede hacer raíces profundas para así alimentar la planta para que pueda seguir creciendo. Ella es conmovida por la belleza del Evangelio, pero cuando viene la persecución o tiempo difícil, ella huye. Ella no puede aceptar el hecho de que hay una Cruz que llevar si esperamos ganar la corona.
“Carla puede caer en la tercera categoría. La tierra ha sido arada y la semilla sembrada pero las malas hierbas no fueron destruías. Estas malas hierbas son los afanes de esta vida, o del mundo, ellas ahogaron la verdad de la Palabra de Dios en su vida. La hierba mala está halando su mente y su corazón en diferentes direcciones, cuando ella debería estar enfocada en Jesús.
“Sin duda, Jacinta representa la buena tierra. Cuando el campo está bien arado y las malas hierbas son removidas, la semilla busca la manera de profundizar su raíz y dar así cosecha abundante. El corazón es receptivo y ese crecimiento Espiritual del cual tú hablas será productivo.
“Acuérdate, Linda, tú estás ayudando a arar los campos de estas niñas los cuales son sus corazones. ¡Tú estás sembrando la semilla! Si eres fiel en tu trabajo, Jesús te ayudará. Tú dices que amas a estas niñas, pero recuerda, que Dios las ama aun más. Tu fidelidad con estas niñas es parte del arado y no puedes fallar para que tenga efecto. Pero lo demás depende de las niñas mismas. Ellas deben decidir qué tipo de tierra ellas van a suministrar para que la buena semilla crezca.”
Mientras las dos amigas se preparaban para salir, el sol parecía reflejarse en la sonrisa de Linda. “Gracias, Ana. Siempre puedo contar contigo para un buen consejo. Iré a mi clase mañana con más determinación de seguir sembrando la semilla. ¡Sigue orando para que todos aquellos que oyen la Palabra de Dios hagan una buena decisión y reconozcan que Dios es un buen Sembrador!”
ACTIVIDAD DE LECCIÓN: Creciendo Para Jesús