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Una Acusación Falsa

Currículo
Respuesta para Estudiantes
74
TEXTO: Hechos 6:1–15; 7:54-60

La experiencia de Marsella en el salón de clase le ayudó a aprender cómo responder a una acusación falsa.

“¡SEÑORA ROSALES, Marsella Mérida tiró todos mis papeles en el piso!” Gritó Ricardo con falsa desesperación. La clase se tranquilizó súbitamente. Marsella podía sentir que su rostro se sonrojaba mientras todos volteaban para ver que sucedía.
Marsella era nueva en la escuela, y no había sido fácil hacer amigos. Algunas veces los otros chicos no la incluían en sus actividades porque notaban que ella era diferente. Ella era una cristiana. Marsella había tratado de seguir al resto de la clase y pasar inadvertida . . . ¡pero ahora esto!
Escribir a máquina era una clase que incomodaba a Marsella desde el primer día. La señora Rosales la había tratado fríamente y nunca había tratado de hacer que ella se sintiera bienvenida. Ahora, la Sra.
Rosales estaba preguntando si en verdad ella había tirado los papeles deliberadamente. “No, señora Rosales” con conmoción la chica respondió calmadamente. ¡Recógelos, de todos modos! la maestra demandó.
Marsella se quedó como estatua por un momento, luego se agachó y comenzó a recoger los papeles mientras que los demás la miraban silenciosamente. En su interior ella se sentía agraviada y quería protestar, pero tenía miedo de decir algo, no era capaz de retener sus lágrimas (lo cual probablemente era lo que Ricardo deseaba).
¡Ricardo era el presumido de la clase y la Sra. Rosales debió saber que él estaba haciendo una travesura! Pero la maestra se había puesto de su lado y permitió que Marsella fuera humillada frente a toda la clase. Era difícil de soportar.

VERSO CLAVE: Cuando las cosas se ponen difíciles me inclino a Jesús.
El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará. — Mateo 10:39

“Llegando a la casa, Marsella se desahogo con su madre. “¡Mamá, fui avergonzada hoy en la escuela!” “Bueno,” dijo su mamá, “no fue justo, cariño. Pero quizá el Señor tiene una lección para que aprendas de esta situación.” Marsella miró a su madre con asombro mientras ella continuaba. “¡Las personas no estarán de acuerdo todo el tiempo con la manera en que piensas o actúas. ¡Siempre habrán algunos que serán irrespetuosos y tratarán que parezcas culpable y enfocarán la atención sobre ti, igual como sucedió hoy!”
“¿Pero qué hace a las personas de esa forma?” Preguntó Marsella. “¿Por qué no pueden las personas dejarme ser buena si yo lo deseo, y ellos pueden ser malos si es lo que desean?”
“Marsella, usualmente si tú no molestas a las personas ellos no te causarán problemas. Pero algunas veces la vida de un cristiano condena a las personas por la manera en que están viviendo. En vez de tener cuidado de los problemas en su propia vida, se ensañan contra aquel que está haciendo las cosas correctamente. Ellos tratan de hacerte lucir mal, de modo que ellos no se sientan tan culpables de sí mismos.”
“Durante los días que siguieron Marsella pensó en las palabras que le dijo su madre. Y el próximo domingo la lección fue acerca de Esteban y de cómo él fue perseguido. Esteban había predicado a algunas de las personas cuyos corazones eran duros. Ellos no lo apreciaron cuando él les dijo que se habían apartado de Dios y de Su Palabra, y que no estaban viviendo correctamente, sólo estaban fingiendo ser religiosos. En vez de arrepentirse, ellos decidieron que había que acabar con Esteban.
Esteban fue arrestado y llevado ante el concilio. La gente, los ancianos, y los escribas, habían sido agitados por los acusadores de Esteban, y testigos falsos fueron traídos para decir mentiras acerca de él.
El concilio podía ver por el brillo celestial en el rostro de Esteban, que era inocente. Ellos le preguntaron si las acusaciones contra él eran ciertas. Esteban usó esta oportunidad para lanzar otro sermón más poderoso. Él no vaciló en decirles a la gente cuan malos eran. ¡Esto hizo que se enojaran tanto que hasta crujían los dientes contra él! Esteban miró hacia arriba y vio a Jesús parado a la mano derecha de Dios. Cuando él dijo a la multitud lo que él veía, ellos deliberadamente taparon sus oídos. Enfurecidos lo arrastraron fuera de la ciudad y le apedrearon. Mientras las piedras lo golpeaban, Esteban se arrodilló y le pidió a Dios que no les tomara en cuenta este pecado, entonces murió.
Al final de la Escuela Dominical, Marsella no sentía que su problema fuera tan serio como lo creía antes. Tal vez la Sra. Rosales tenía alguna amargura en su corazón que la indujo a molestarse conmigo, pensó Marsella. Era aún penoso pensar en la manera que ella la había avergonzado enfrente de los otros chicos. Pero si Esteban podía pedir perdón por las personas que le quitaban la vida, ciertamente ella podía perdonar a cualquiera que le causaría una escena desagradable, pidiendo a Dios que le ayudase a perdonar. Marsella sintió el amor de Dios entrar dentro de su corazón por aquellos que le habían agraviado.
La palabra de Dios nos dice que hay una recompensa especial para cualquiera que sufre persecución por Su causa, y Él ha prometido estar cerca en esos momentos especiales. Podemos ver cómo esto fue verdadero en la vida de Esteban. Su ejemplo ayudó a Marsella a través de una experiencia triste. Te ayudará también, cuando sucedan cosas similares a ésta en tu vida.

ACTIVIDAD DE LECCIÓN: ¿Qué Debo Hacer?