FOREIGN LANGUAGES

Una Entrega Total

Currículo
Respuesta para Estudiantes
72
TEXTO: Josué 14:6–13; Números 13:17–33

Rut sabía que Dios le estaba pidiendo una entrega total.

RUT SE SENTÓ a la orilla de su cama y alcanzó su Biblia. Eran ya más de las 10:00 de la noche y tenía que levantarse temprano la mañana siguiente, pero no podía irse a la cama sin pasar un momento leyendo su Biblia y orando. Ella amaba su momento especial con Dios antes de dormirse. De algún modo esto le daba una sensación de paz, y un conocimiento de que Dios estaría con ella en el transcurso de la noche.
Pero de alguna manera esa noche, la apacible sensación no llegó. Mas bien Rut se sintió preocupada, una pequeña carga en su corazón. Ella trató de ignorarlo. Sólo estoy cansada, pensó. Tuve un día afanado, con dos exámenes y una clase inmediatamente después de la escuela. Pero esta sensación no se apartaba.
Abrió la Biblia en Josué capítulo 14. Ella tenía su marcador de libro allí porque esa era la lectura el próximo domingo. “Sus ojos cayeron en 14:8, “. . . pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios.” Era como si las palabras salieran de ella. “Yo cumplí siguiendo . . .”

VERSO CLAVE: Seguiré a Jesús.
He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido. — Marcos 10:28

Ella sabía lo qué le estaba angustiando. No había necesidad de fingir que no sabía. Siento que Dios me está pidiendo verdaderamente mi vida por completo, ella admitió por fin. Yo sé que esto ha estado en mi corazón por varias semanas, desde que el hermano Alberto predicó acerca de la consagración entera.
Hasta aquella noche, ella había estado feliz con la vida cristiana que llevaba, y que sin falta, era la manera que debía ser entre ella y Dios. Se le había pedido que cantara en el coro de Jóvenes, y eso le dio mucha alegría. Siempre estudiaba su lección de Escuela Dominical y participaba en su clase de Escuela Dominical. Ella aun ayudaba en el departamento de cuna en la Iglesia.
Pero después de la prédica del hermano Alberto, ella comprendió que Dios deseaba algo más de ella. Lo que ella hacía era bueno, pero Él quería una dedicación sincera, un propósito en su corazón de que ella permitiría que Dios tomara las decisiones importantes por ella, de que Él sería su guía y que ella le seguiría donde quiera que la guiaría.
¿Puedo realmente esperar que Dios decida todas las cosas por mí? Ella se preguntó. No simplemente qué clases tomaría el próximo año en la Universidad, los amigos que ella escogería, que haría en su tiempo libre, y cosas como esas. Y mirando hacia delante en un futuro, los chicos con quienes saldría, los trabajos para los cuales se entrenaría, cuando tenga su propio hogar, con quien se casaría.
Qué ocurriría si Dios quiere que yo haga algo que me mantenga pobre toda mi vida, ella pensó. O tal vez Él me dirá que vaya a algún país extraño, lejos de toda mi familia y amigos. ¡Y qué si Él decide que no debería casarme?
Las palabras del verso que había leído pasaron por su mente de nuevo, y miró hacia atrás y leyó toda la historia de Caleb. Ella observó cómo el castigo de Dios cayó sobre toda una generación de Israelitas, porque habían tenido temor de tomar la tierra que Dios les había prometido, todos menos Josué y Caleb. Luego ella leyó a Josué 14 y vio cómo Caleb le dijo a Josué que él había seguido al Señor y cómo Moisés le había prometido que la tierra que él pisara, sería de él y de su familia para siempre.
Sé que las bendiciones de Dios son verdaderas, y son seguras para aquellos quienes de todo corazón le entregan su vida a Él. ¿Puedo decir “sí” o puedo hacer como aquellos miles que le dieron la espalda a Dios? Rut pensó.
Mientras Rut se arrodilló para orar, las lágrimas corrieron por sus mejillas. “Dios, te doy cada parte de mi vida para que las uses según te convenga,” ella dijo honestamente. Y a su corazón llegó una dulce paz y la seguridad de que había hecho lo correcto.

ACTIVIDAD DE LECCIÓN: Sigue al Señor