UNA NIDADA DE CODORNICES se escabulleron a tierra más alta mientras la quietud de la tarde fue alterada por la carrera de dos príncipes sobre la pradera, gritando como niños mientras corrían. El sol del invierno los perseguía al bosque donde sus gritos cesaban cuando los hermanos se detenían para respirar.
“!Te gané!”
“Sí,” dijo Gabriel. “Sí, de algún modo lo hiciste, Gamalier. Pero la próxima vez será diferente, espera y lo verás!”
Dándole a su hermano una palmada suave en la espalda, Gabriel se dirigió al castillo y su hermano le siguió. Mientras montaban sobre sus caballos, los cuales habían sido amarrados a la orilla de la pradera, su conversación se dirigió al evento que se apróximaba.
“¿De qué crees que Papá nos quiere hablar?”
“Gamalier, siento que él sabe que se reunirá pronto con su creador. Tan enfermo como ha estado por los últimos tres meses, quizás… bueno, tal vez él quiere asegurarse que tú estás listo.”
Gamalier se detuvo y miró a su hermano, “¿Quieres decir listo para ser rey, Gabriel?”
“Por supuesto, sólo somos nosotros dos y tú eres mayor que yo por unos minutos. ¡Esa fue otra carrera que no gané!” Los dos príncipes se rieron y continuaron la corta cabalgata hacia el castillo el cual era su hogar.
Después de la cena esa noche su padre los llamó a su recamara privada en la torre al oeste del castillo.
“Muy bien, mis hijos, no hay duda que sus mentes jóvenes han estado muy ocupadas tratando de determinar de que quiero hablarles.” Pausó y tosió profundamente antes de continuar. “Ustedes saben de que he estado muy enfermo, tan enfermo que en realidad creo que es necesario poner algunas cosas en orden para que mis nobles sepan como proceder después de mi muerte.
“Había pensado que tú, Gamalier, como naciste primero, recibirías la corona más bien que tu hermano porque eres mayor que él por sólo unos minutos. Sin embargo, recientemente fue traído a mi atención, que según las ordenanzas del reino un proceso diferente puede seguirse en caso de que sean gemelos. Después de hacer de esto un asunto de gran impotancia y oración, el método que yo siempre he utilizado para guiarme, he elegido proceder de acuerdo a este recurso alternativo.”
VERSO CLAVE: Jesús, ayúdame a hacer lo mejor.
Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada una sea hallado fiel. — 1 Corintios 4:2
Los dos jóvenes se miraron brevemente y luego miraron a su padre.
“Como rey de este gran reino, uno debe cumplir ciertas responsabilidades y se necesita mucha sabiduría. Por lo tanto, con el propósito de descubrir cuál de ustedes es el mejor para ocupar el trono, voy a hacerles una pregunta sencilla de investigación y entonces les daré diez días para contestarla. Su respuesta será dada a la Cámara del Concilio delante de los cinco jueces quienes decidirán quien reinará. La pregunta, mis hijos, es esta: ¿Cuál sería el principio el cual dirigiría su gobernación en el reino? Consideren esta pregunta cuidadosamente.
Cuando los dos hermanos se fueron a sus cuartos esa noche, posibles respuestas a la pregunta de su padre vinieron a sus mentes. Y en los días siguientes, los príncipes evitaron encontrarse mientras analizaban sus corazones y pensaban acerca de tan importante pregunta.
Gamalier decidió hablar con los habitantes del reino acerca de lo que él podría hacer mejor para complacerles y ser un soberano eficaz. Él fue de casa en casa, haciendo una lista completa de los pensamientos y sugerencias que recibió. Decidió que él basaría su respuesta a la pregunta en estas sugerencias.
Mientras tanto, Gabriel se quedó mirando por la ventana o mirando el fuego de la chimenea y pasó un gran tiempo en meditación y oración. Después de sólo cuatro días, volvió a sus tareas de inspeccionar el terreno de su padre.
El décimo día finalmente llegó y las respuestas escritas de los príncipes fueron entregadas al rey y a los jueces quienes estaban esperando en la Cámara del Concilio. Dando a conocer que su decisión sería entregada a la gente del reinado al día siguiente almedio día, comenzaron su deliberación. El juez presidente se puso de pie y leyó en voz alta las dos respuestas a la pregunta.
“La respuesta del príncipe Gamalier: ‘El principio que me guiará en la gobernación de este reino sería que debo tratar de complacer a la gente. He determinado que como gobernante, no tendría derecho de vivir para mi mismo, sino más bien para la superación de la gente que gobernaré.’”
“La respuesta del príncipe Gabriel: ‘El principio que me guiará en la gobernación de este reino sería que soy responsable ante Dios por los privilegios y responsabilidades que Él ha visto idóneos para darme. Como gobernante, propongo conducir todos los asuntos del reino en una forma que le complacerá y traerá honra a su nombre.’”
Al día siguiente, cuando la hora señalada había venido, un silencio de expectativa vino sobre la multitud reunida en el patio del palacio. El rey acompañado por sus dos hijos a quienes no se les había dicho la decisión, saludó a sus súbditos. Él habló solemnemente. “Sé que ustedes han estado esperando la decisión que está por anunciarse. Me honro en proclamar que es la decisión de los jueces que el príncipe Gabriel ascienda al trono antes de su hermano. Su respuesta revela que él entiende que tanto al rico como al pobre, al pequeño y al grande, se les ha dado una vida corta por la cual debemos laborar cuidadosamente y obedientemente delante de nuestro creador, delante de quien algún día daremos cuenta por las bendiciones dadas.”
Gamalier sonrió y luego le habló al oído de su hermano, “Bueno, hermanito, tenías razón. Ganaste la próxima carrera.” Se inclinó para hacerle reverencia a su hermano, y luego se dieron un abrazo y caminaron hacia adelante para saludar a la gente que estaba esperando aclamar a su futuro rey.
ACTIVIDAD DE LECCIÓN: Dando Cuenta