¿SON LAS HISTORIAS que leemos en la Biblia sólo acerca de cosas que sucedieron hace mucho tiempo? ¡No, no lo son! Muchas cosas como estas pasan hoy en día también. Te voy a contar tres historias que son como la que leímos en la Biblia esta semana.
* * * * *
Hubo un toque en la puerta del taller destartalado que Pedro llamaba “casa.” Él se levantó de la camita y se dirigió a la puerta.
Era su papá.
“¿Cómo me encontraste?” Pedro le preguntó. Él sabía que su padre lo invitaría a volver a la iglesia si lo localizaba, así que Pedro se estaba escondiendo de él.
Las drogas al principio parecían divertidas. Él tenía las iniciales de la droga “LSD” tatuadas en el hombro para mostrar que él realmente era un hombre. No fue hasta que sus amigos lo dejaron que comprendió que su vida estaba en peligro y reconoció que él se había equivocado en la dirección que él había elegido.
Este adolescente había sido criado asistiendo a la Escuela Dominical y a los servicios Evangélicos. Pero ahora, cuando se miraba en el espejo, veía un rostro delgado con una barba roja macilenta, pelo largo y un arete en la oreja de modo que todos supieran que tan rudo era. El espejo no mostraba la desesperación y el dolor de su corazón.
¿Estaba él listo para regresar a casa con su papá? “Llévame a la clínica de droga del condado. Tal vez ellos puedan ayudarme, fue su respuesta. Pero aun eso no ayudó a Pedro.
Él había agotado lo último de sus propios recursos, y un poco más tarde Pedro hizo lo que él sabía que debía hacer. Se arrodilló y le pidió al Señor que lo salvara.
VERSO CLAVE: Nuestro Padre Celestial nos ama.
Venid y volvamos a Jehová. — Oseas 6:1
* * * * *
Ernesto sabía exactamente lo que quería ser, una estrella de la música rock. Su meta era llegar a ser famoso, con muchos amigos y mucho dinero para gastar. De modo que dejó la iglesia y el hogar. Invirtió todo lo que tenía en su nueva carrera. Pasaba muchas horas practicando las cuerdas de su guitarra, el compuso sus propias canciones de rock.
Se puso extraño, después que él llegó a tocar en un bar repugnante e inyectándose la vena con droga para poder continuar. Poco a poco, el dinero que él estaba ganando parecía desvanecerse en sus manos.
Después de un tiempo, aun las personas que él pensó que eran sus compañeros, los miembros de su banda de rock le dijeron que se fuera, ya no lo querían cerca de ellos.
¡Se encontró en el camino con una maleta, una guitarra, un vicio de droga (el cual no tenía el dinero para mantener), y recuerdos. Recuerdos de donde él podía ir cuando no había otro lugar donde ir. Regresó a la casa de su papá y su mamá y a el Dios de su niñez!
* * * * *
La madre de Ronny intentó detenerlo para que no saliera esa noche. Así que la golpeó y se pasó por encima de ella y se dirigió a la puerta. El mundo afuera parecía más interesante que ir a la iglesia y a la Escuela Dominical todo el tiempo.
Fue divertido por un tiempo, se halló a miles de kilómetros de su casa, con un buen empleo y amigos quienes pensaron que él era maravilloso, hasta que descubrieron como Ronny los utilizaba para obtener su propio provecho y luego los traicionaba. Habían fiestas, licores, y siempre las drogas.
¿Cómo era esto, entonces, que terminó sintiéndose solo y sin nada, llevándoles drogas a los muchachos de la escuela para mantener su propio vicio? Moviéndose de un lado a otro no le valió de nada, pues no podía tener ese “nuevo comienzo” que él de seaba hasta que una noche en Oakland, California, cuando miró al cielo con estrellas y le pidió a Jesús que hiciera algo por él.
* * * * *
¿Historias inventadas? No. Son ciertas.
¿Algo que saqué de un libro o del periódico? No, estás son personas que conozco personalmente, y podría decirte de más.
Estas son historias felices! ¿Por qué? Porque Pedro, Ernesto, y Ronny finalmente comprendieron el error que habían cometido y regresaron al Dios que ellos le habían dado sus espaldas, vez tras vez.
En las calles de las ciudades grandes por toda nuestra nación, puedes encontrar muchos niños que han huido de su casa quienes no tienen una buena dirección en su vida. A menos de una cuadra de la iglesia en San Francisco, California a la que yo asisto, está la calle Polk. Los sábados en la noche puedes encontrar en tres o cuatro cuadras casi cuatrocientos chicos en edades de doce a dieciocho años que se escapan de sus casas. No es lo que yo digo, sino lo que dicen las estadísticas de la policía. Cuando me dijeron esto, pensé entre mí mismo, ¿De doce años? ¡De ninguna manera! Luego cuando iba en mi carro una noche, los vi, y supe que las estadísticas eran correctas. Pero Jesús ofrece esperanza para cada uno de estos jóvenes, ¡para cualquiera que vuelva a Él!
Jesús no contó la parábola del hijo pródigo sólo para la gente que le escuchaba ese día, hace siglos en Jerusalén. Él sabía que en nuestros días, también, el diablo estaría diciéndole a los chicos y chicas, “¡No sabes lo que te estas perdiendo! ¡Olvida la iglesia y la Escuela Dominical! ¡Sal y ve lo que es el verdadero mundo! ¡Diviértete!”
Si pudieras hablar con Pedro, Ernesto o Ronny, ellos te dirían que esa era la misma mentira por la cual ellos cayeron. Esa mentira les pudo haber costado sus vidas.
ACTIVIDAD DE LECCIÓN: Necesitamos A Jesús