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Haciendo Algo Por Él

Currículo
Respuesta para Estudiantes
143
TEXTO: Mateo 25:14-30; 1 Pedro 4:10-11

Nuestro mundo parece insignificante comparado con la grandeza de Dios.

EL ROSTRO CALMADO de Julia mostraba su concentración mientras se sentaba sobre el borde de su cama y miraba alrededor de su cuarto sin realmente darse cuenta de nada. Realmente, la decisión ya fue hecha. Pero ahora ella tenía que idearse cómo explicárselo a Zoila y al señor Cifuntes.
De repente sus pensamientos fueron interrumpidos por el timbre del teléfono. Una voz alegre la saludó: “Hola, Julia, habla Zoila. ¿Qué has decidido acerca de la clase de arte ilustrativa del señor Cifuntes? ¿Me vas a acompañar en la persecución de la mariposa de fama y fortuna?”
Julia tomó un suspiro profundo. “Zoila, he estado orando sobre este asunto, y he decidido no involucrarme. Hace conflicto con muchas otras cosas que son importantes para mí.”
“¿Qué quieres decir? El señor Cifuntes dijo que sólo nos reuniríamos los martes en la noche y a demás unas cuantas veces después de la escuela durante la semana. Yo sé que tenemos iglesia los martes por la noche pero esto será sólo por un par de meses.”
“Bueno, yo no quiero faltar a la iglesia. Pero aún el tiempo después de la escuela . . . Creo que este es el tiempo que debo dedicarme al servicio de Dios. Le hice algunas consagraciones a Dios después que Él me salvó. Una de esas consagraciones fue que yo siempre pondría a Dios primero en cualquier cosa. He comenzado a tomar lecciones de canto, y realmente debo ensayar todos los días. Además, he estado haciendo algunos trabajos de arte para las lecciones de la Escuela Dominical. Si yo voy a continuar con estas cosas, al igual que con mi tarea, no tengo tiempo para hacer otra cosa por ahora.”

VERSO CLAVE: Usaré mi talento para la obra de Dios.
Sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres. — Efesios 6:7

Zoila se mantuvo en silencio por un minuto. Luego respondió desilusionadamente: “Está bien, Julia, entiendo lo que me dices. Y yo realmente te respeto por esa decisión, pero de lo que se dice de mí . . . bueno, yo no puedo cantar. Yo no tengo grandes talentos para usarlos en la obra del Señor. Nadie me extrañaría si no estoy presente los martes en la noche.”
“Zoila, no estoy de acuerdo con lo que tú dices. Tú tienes grandes talentos que puedes usar para el Señor. Tu manera de usar las palabras es fantástica.”
“¿Palabras?” Preguntó Zoila sorprendida. “Cualquier persona puede hablar. ¿Cómo puede ser eso un talento para usarlo para Dios? ¡Yo no voy a ser un predicador!”
“Zoila, tú has sido capitán del equipo de debate por dos años, y tus calificaciones son sobresalientes en las composiciones de español. ¿Qué tal si escribes para en el boletín informativo juvenil de la iglesia, o únete al grupo que sale a visitar los domingos en la tarde? Los maestros de la Escuela Dominical siempre están buscando ayuda con dichos persuasivos para poner en sus tablones, ideas para los programas, y cosas por el estilo. Solamente estar en la iglesia y hacer lo mejor para estimular y orar por los demás es un talento, ¿no es así?” Julia pausó para recobrar su aire.
“Supongo que sí.” Zoila respondió después de un momento. “Pero, Julia, yo siempre he pensado que si una persona no puede cantar ni tocar un instrumento, entonces esa persona no tiene ningún talento que el Señor pueda usar.”
“No, eso no es cierto, Zoila.” Julia pensó por un momento, luego de una risa ahogada continuó. “Esta es una ilustración extraña, pero me parece que es cómo una caja de herramientas de un carpintero. El martillo no dice: ‘sólo por que no salgo de un estuche y puedo medir cosas, no puedo ser usado.’ El alicate no dice: ‘No puedo martillar un clavo o no puedo apretar un tornillo, de manera que no puedo hacer nada.’ Todas las herramientas son diferentes, pero todos tienen un trabajo especifico que hacer. Toda s son necesarias.”
Zoila se echó a reír. “Bueno, veo tu punto ahí, Julia. Pero todavía no estoy segura de cómo el Señor puede usar cualquier habilidad o talento que yo tenga.”
“Mira, Zoila. El Señor te va a llamar para hacer un trabajo que iguale con el talento que Él ya te ha dado. Él no te va a llamar para que cantes como solista si el no te ha dado ninguna habilidad. Él nunca te pedirá que toques un violonchelo si tus dedos son muy cortos. Pero Él sí tiene algo que tú puedas hacer con el talento que Él te ha dado. ¡Estoy segura de eso!”
“¿A pesar de eso, cómo puedo saber cuál es ese trabajo, Julia? Yo estaría dispuesta si lo supiera.”
“Primero, Zoila, tú tienes que comenzar hablando con el Señor y hacerle saber que tú estás seria en el asunto de querer hacer algo en Su servicio. Él verá y sabrá cuando tú realmente hagas la consagración de todo corazón. Luego, asegurarte que siempre estés en tu lugar en la iglesia. Si surge una ocasión donde se necesite voluntarios, o se te pida algo donde tú puedas ser de ayuda, está ahí, y has lo mejor que tu puedas. Déjales saber a la gente que tú estás dispuesta y disponible. No te preocupes. ¡Dios abrirá las puertas si tu propósito entero es hacer tu parte en la obra del Señor!
Julia podía oír la alegría en la voz de Zoila mientras ella contestaba. “Realmente me has dado algo en qué pensar. ¡Muchas gracias por tu consejo, Julia!”

ACTIVIDAD DE LECCIÓN: Haciendo Nuestra Parte